Decenas de personas ascenderán este domingo a la cumbre de 'Peña Redonda'

Rubén Abad y Javier Ibáñez
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Numerosas personas recorrieron el sendero de acceso a Peña Redonda en estos treinta y dos años desde la implantación de la monumental cruz que se divisa desde varios pueblos de la comarca de La Peña.

Son muchos los recuerdos, impresiones, emociones y vivencias que han dejado huella en cada montañero y visitante. Anécdotas y curiosidades que se han ido anotando para que no se pierdan con el polvo del olvido, así como tantas personas que dejaron su nombre y el lugar de residencia escrito en un cuaderno de visitas.

Desde tiempos remotos es conocida la curiosa leyenda imaginaria del gigante dormido. Una gran silueta que se deja ver, como recostada al remanso, dormida a la puesta del sol, en la misma pendiente de Peña Redonda. Pero otra imagen se divisa en dicha peña: la gran cruz metálica  de más de diez metros de altura que marca el final de la escalada, una ascensión que se ha hecho tradición cada primer domingo de agosto a partir de las 7,30 horas.

HOJA DE RUTA. La excursión es una ruta sin peligro que se puede hacer perfectamente en un tiempo de dos horas hasta la cumbre. Para llegar a su base, por la parte sur, los andarines deben acercarse hasta el pueblo de Traspeña de la Peña, una de las pedanías de Castrejón de la Peña.

Una vez allí, y antes de adentrarse en el casco urbano, encontrarán una pista que muere junto a una antigua cantera. Allí aparcaran sus vehículos e iniciarán su caminata.

También se puede llegar hasta esta cima por la parte norte desde la pedanía cerverana de San Martín de los Herreros cruzando el puente del pueblo hasta llegar a un camino de tierra.

Para afrontar esta ruta, no hace falta llevar ninguna clase  de equipo especial, tan solo un buen bocadillo y un bastón como ayuda. Pero sí que es imprescindible agua y algún que otro refresco.

Tras una agradable estancia en este atalaya natural, se repartirá té recogido y hervido in situ. Acto seguido, al pie de la montaña por la cara sur, no faltarán melones y refrescos, como despedida hasta el próximo año de esta peculiar fiesta.