Hay que pellizcarse, después de las últimas temporadas sufridas en Palencia, para creerse el cartel de esta tarde. Y es que difícilmente puede rematarse mejor, aunque el de mañana tampoco le quede a la zaga. De momento, vuelven a esta Plaza ganaderías de primera, hoy la de Alcurrucén, para una terna que encabeza el veterano maestro Enrique Ponce, que parece mejorar con el paso del tiempo pese a sus más de 25 años de alternativa. Lo hace todo tan fácil por su técnica, temple y capacidad que convierte en buenos a los toros que parecen inservibles.

Miguel Ángel Perera es un torero querido especialmente desde su indulto a Pitito, de Valdefresno, en 2006, aunque sus desavenencias con Serolo le tuvieran voluntariamente ausente los últimos años ante  la queja de una afición que le ha visto triunfar reiteradamente desde novillero y a la que dolía que no hiciese aquí el paseíllo el number one del escalafón.

Y completa el cartel Alejandro Talavante. Un torero distinto, en estado de gracia, que está revolucionando la profesión con ese concepto tan personal en el que la inspiración es la base. Sus recientes arrucinas de rodillas han enloquecido a los aficionados de las plazas en las que ha actuado al ser su firmeza mayor en esa posición que la de muchos compañeros de pie. Ganas  de disfrutar pues de su magia. O, como escribió, Zabala de la Serna, de su bendita locura.