La cebolla de Palenzuela, ejemplo del valor de los pueblos

DP
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El periodista Luis Antonio Curiel apostó en el pregón de la Feria de la Cebolla por mirar hacia el futuro con ambición, por aprender a vender mejor los recursos turísticos y por dejar de lado los complejos

La cebolla es la mejor seña de identidad de Palenzuela y así se puso hoy de manifiesto durante la celebración de la feria de esta hortaliza que, como cada año, reunió a centenares de personas que, a pesar de que el tiempo no acompañaba, no dudaron en acudir a la villa para homenajear a este producto.

Si alguien se encargó de exaltar a la cebolla fue el pregonero de la fiesta, el periodista Luis Antonio Curiel que, además de poner en valor la hortaliza, hizo hincapié en la importancia del medio rural y de sus gentes «que viven de la tierra, que la aman, que son los mejores ecologistas, procurando siempre su cuidado y que nos surta de esos buenos productos que contribuyen a nuestro sustento diario».

Durante el pregón, el periodista, que recibió la Cebolla de Honor, comentó que la feria es un buen momento para comprar los productos de la huerta palenzolana o el pan de cebolla, también para degustar las tapas elaboradas por los vecinos, pero recalcó que es la mejor oportunidad «para disfrutar de la  cebolla horcal, esa hortaliza estrella de las huertas palenzolanas cultivada en las vegas del Arlanza y Arlanzón» y llamó la atención sobre la importancia de que este producto «sirva de reclamo para reivindicar la importancia del mundo rural, la necesidad que tiene nuestra sociedad de apostar por nuestros pueblos». «Porque sin pueblos no hay futuro y eso nos debe quedar a todos muy claro»,  defendió Curiel.

Durante su discurso se refirió a la importancia de «aunar esfuerzos» para garantizar el futuro de los pueblos y las comarcas que no solo deben vivir del campo. « El Cerrato tiene muchas posibilidades de presente y de futuro, y vosotros lo sabéis bien. El turismo puede ser una salida importante para esta tierra», subrayó y apostó por «vender» los recursos de los que dispone esta zona «que atraigan a nuevas gentes para conocer esta tierra que enamora a todo el que viene».

Para alcanzar este objetivo, defendió la necesidad de quitarse complejos «por ser de pueblo». «Tenemos mucho que decir y mostrar. Y un claro ejemplo lo encontramos aquí, en Palenzuela», señaló Curiel. Así, recordó algunos de los grandes atractivos de la villa como la iglesia de San Juan Bautista, las ruinas del castillo, las calles empredradas, las casas blasonadas, el puente sobre el río Arlanza, la gastronomía y sus gentes. «Hay atractivos pero tenemos que ser los primeros en creérnoslo», incidió.