El alcalde ruega a la Virgen de la Calle «protección para aquellos que lo están pasando mal»

Carlos H. Sanz
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Alfonso Polanco pide la intercesión de la patrona de la ciudad «para seguir en esa buena dirección que se acaba de iniciar» en los actos religiosos con motivo de la Festividad de la capital

El alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, durante su alocución. - Foto: sara muniosguren

El alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, rogó ayer a la Virgen de la Calle «protección para aquellos que en estos momentos lo están pasando mal». El primer edil se dirigió a la patrona de la ciudad para «poder conseguir el futuro y las oportunidades que los palentinos merecen».
La Festividad de Las Candelas arrancó, como marca la costumbre, con la recepción de autoridades en el Ayuntamiento. La Corporación Municipal estuvo acompañada por las máximas autoridades de la capital y la provincia, que, junto a la Banda Municipal de Música, procesionaron hasta la iglesia de La Compañía donde el obispo de la Diócesis, Esteban Escudero, bendijo las candelas. 
Uno de los momentos más bonitos de esta primera parte de la celebración religiosa fue cuando los componentes de los grupos de danzas de la ciudad y varias peñas formaron un pasillo desde los Cuatro Cantones hasta la puerta del templo para recibir a la comitiva institucional. Hecho que también se repitió a las puertas de la Catedral para recibir a Nuestra Señora la Virgen de la Calle.
Alfonso Polanco aseguró a la patrona de la ciudad que «el esfuerzo de todos ha servido para algo». «La situación está cambiando, vamos a mejor y te pido que sigamos en esa buena dirección que acabamos de iniciar y que nos lleve a encontrar un futuro sólido y estable para todos».
También pidió el regidor capitalino por «el fortalecimiento de los valores humanos» de los palentinos. «Que cesen en nuestros espíritus las miserias, el odio, la envidia, la mentira y el egoísmo, y saquemos nuestras fortalezas de palentinos de bien, que son muchas y respetadas».
El alcalde capitalino recordó que Palencia es «ciudad de gentes solidarias y de buena masa» y abogó por «compartir», «ayudar» y «rezar». «Quiero que seas María de los enfermos, de los que se encuentran solos, de los débiles y desprotegidos, de los niños, de los que somos servidores públicos, de los jubilados y amas de casa».
Alfonso Polanco se presentó «en nombre de todos los palentinos; de los que están y de otros muchos que no han podido venir». Desde luego, este año han sido muchos menos los palentinos que han asistido a la celebración religiosa en honor a la patrona. 
El primer edil ofrendó a la patrona de Palencia «el honrado y leal trabajo de los palentinos» y «el esfuerzo diario de la Corporación Municipal para que la ciudad siga mejorando».
Agradeció también «el manto protector» y su «imprescindible aliento» y rogó a la Virgen «caminar junto a los palentinos en la vida para que las calles y plazas sean lugares de encuentro, y vivan en paz, concordia y caridad todos juntos».
En sus peticiones a la patrona, el alcalde no olvidó dos referencias. Una, la de Palencia como ciudad teresiana, reconocida por la Orden de los Carmelitas Descalzos. «Estamos trabajando e implicados en celebrar el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús como se merece», aseguró.
Polanco recordó las palabras que la propia Santa Tersa dedicó a Palencia:«Está en el pueblo una casa de mucha devoción de Nuestra Señora, como ermita, llamada de Nuestra Señora de la Calle. En toda la comarca y ciudad es grande la devoción que se la tiene y la gente que acude allí».
«Vio con sus propios ojos el entusiasmo desbordante del pueblo hacia ti, Virgen de la Calle», aseveró al alcalde, que resaltó la relación de los palentinos con Santa Teresa de Jesús:«Sus palabras constituyen un auténtico gozo y despiertan entre los palentinos una corriente de simpatía y devoción hacia esta andariega e inquieta, mujer grande en letras y santidad, y doctora de la Iglesia universal». 
La segunda referencia del alcalde capitalino en sus peticiones a la patrona involucró al recientemente fallecido padre Abilio Sierra Jorrín. «No quiero pasar la oportunidad sin recordar en esta ofrenda a uno de tus hijos, que está en el cielo desde hace unos pocos días», manifestó Polanco. De él tomó prestado unos versos para cerrar su ofrenda: «Desde siempre eres, María/ de las calles de Palencia la patrona/ eres faro y eres guía/ del que busca en sus caminos/ esa mano, esa sonrisa/ que le diga: no abandones,/ aún es tiempo, tienes vida».
Homilía del obispo. Por su parte, el obispo de la Diócesis, Esteban Escudero, llamó la atención en su homilía a la figura de la Virgen de la Calle como «modelo de la humanidad redimida». Tras recordar la historia de esta talla de la primera mitad del siglo XV y la leyenda de La Morenilla, recordó que los rayos en torno a su cuerpo y la media luna a sus pies son símbolos del misterio de su Inmaculada Concepción. 
«La Inmaculada Concepción representa así la humanidad sin pecado que Dios planeó al crear al hombre» y «el triunfo del bien sobre el pecado», recordó el responsable de la Diócesis palentina. Ensalzó también Esteban Escudero la figura de la Virgen de la Calle como «modelo de santidad de la vida». «Todos nosotros hemos nacido bajo el signo del pecado original, alejados de Dios, pero, el Espíritu Santo que recibimos en el bautismo nos permite vivir una vida nueva, es decir, recobrar la condición de hijos de Dios». 
Esteban Escudero recordó que el Papa Francisco explicó las consecuencias que tuvo para los hombres la Redención de Cristo y la posibilidad de vivir la vida de la gracia. «Ser cristianos no se reduce a cumplir los mandamientos, sino que quiere decir ser en Cristo, pensar como él, amar como él; y dejar que él tome posesión de nuestra vida y la cambie, la transforme, la libere de las tinieblas del mal y del pecado...», defendió el obispo.
Finalmente, Esteban Escudero recordó que el 2 de febrero se celebra también el Día de la Vida Consagrada, que este año, bajo el lema de La alegría del Evangelio en la vida consagrada, ha tenido como objetivo «dar gracias por este don que la Iglesia ha recibido y promover su conocimiento y estima por parte del resto del pueblo de Dios».
La ofrenda floral y los cantos a la patrona de Palencia marcaron el final de la misa y el regreso de la patrona hasta La Compañía.