La villa se viste de lunares y corto

Marta Redondo
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El grupo 'Acerbahe' celebró ayer su 'I Feria Rociera' con desfile, misa y una exhibición de baile y caballos en la Virgen de Llano

Aguilar de Campoo se asemejó ayer un poquito a Andalucía. De lunares, con mantilla, peinetas y flores ellas; de corto y con sombrero ellos, y otros subidos a caballo, y realizando un recorrido de casi cuatro kilómetros hasta el Santuario de la Virgen de Llano, patrona de la comarca, comenzaba ayer la I Feria Rociera de la villa galletera, que ha organizado el grupo de sevillanas Acerbahe, con la colaboración del Ayuntamiento norteño y el Hotel Valentín.
Pasadas ya las once de la mañana comenzaba un desfile con medio centenar de personas que partía del Ferial. Entre ellos  los integrantes del grupo de sevillanas aguilarense, acompañados de varios miembros de la Hermandad del Rocío de Santander y la Casa de Andalucía en Burgos, integrantes del Coro del Centro de Mayores de Reinosa, del Gimnasio Cronos de la cpaital, además de un grupo de catorce caballistas de la villa, Guardo, Dueñas, entre otras localidades de la provincia e incluso de Burgos.
 
Un recorrido en el que realizaron varias paradas para bailar y recuperar fuerzas debido al fuerte calor que hacía ayer en la localidad. A su llegada al templo de la patrona de la comarca, se ofició una bonita misa rociera cantada en la que se realizaron varias ofrendas -entre ellas un ramo de flores-. Después llegó el turno de la típica danza andaluza y el rebujito, acompañado de un pequeño aperitivo para los asistentes. 
«Nuestra intención era hacer un día de convivencia para los miembros del grupo Acerbahe, pero finalmente fueron surgiendo otras acciones y finalmente se decidió organizar la I Feria Rociera, un día para compartir con los aficionados al baile y los caballos», concretaba la presidenta de la entidad, Belén Álvarez.
Precisamente, tras la comida de hermandad celebrada en el pinar del embalse aguilarense -en el que la organización repartió un centenar de bocadillos para las personas que colaboraron, aunque muchos se llevaron sus propias viandas- llegó el turno de ver a los caballos y las sevillanas bailar en armonía deleitando a los espectadores con la magia y la coordinación que existe entre equino y bailarinas.
Jornada que se desarrolló junto al Santuario de la Virgen de Llano con el fin de que fuese una especie de fiesta campera y en la que participaron personas de todas las edades.