Ex alumnas del Colegio de Huérfanas exigen su conservación

C.H.S.L.
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Una veintena de colegiales se concentró en la tarde del jueves a las puertas del centro para pedir al Ayuntamiento una solución

 
 
Una veintena de ex alumnas del Colegio de Huérfanas de Ferroviarios de Palencia procedentes de Salamanca, La Rioja, Asturias, Galicia, Madrid, Barcerlona o Miranda se dieron cita el jueves por la tarde a las puertas de este centro para reclamar al Ayuntamiento de Palencia  su conservación o la cesión a otras entidades que deseen impulsar actividades culturales o sociales.
«Es una pena que este edificio, que es un inmueble que durante un tiempo pudo presumir de ser el mejor centro de educación que había en Palencia, con cantidad de pistas deportivas, lo hayan dejado perder y lo hayan arruinado», comentaba Mercedes Aurora Blanco, ex alumna del Colegio de Huérfanos de Ferroviarios.
«Desde que pasó a manos del Ayuntamiento de Palencia ha sufrido un abandono total y absoluto; aquí ha campado la gente por su cuenta, no ha existido ningún control ni mantenimiento...», añadió.
El sentimiento común a las ex alumnas que se dieron cita el jueves por la tarde a las puertas del que fue su colegio es compartido: «Estamos indignadas de ver así nuestro colegio, donde nos formamos».
Tampoco ocultaban a quién echan la culpa de la situación actual del Colegio de Huérfanos de Ferroviarios. «El Ayuntamiento es el que tiene que hacerse cargo de esta instalación. No sé si ya es demasiado tarde para realizar labores de mantenimiento porque en su interior debe ser una ruina total, pero en su momento debió haberlo utilizado bien para una residencia de anciano o una de estudiantes. Los ex alumnos lo reclamamos en muchas ocasiones pero nadie hizo caso», afirma. 
«Si ya no hay arreglo, al menos que lo tiren y que hagan una edificio digno del servicio para el que fue utilizado. El Ayuntamiento de Palencia no debe olvidar que este edificio fue hecho con el sudor de nuestros padres, ya que de los míseros sueldos que cobraban les descontaban cada mes una mísera cantidad», alegaba Mercedes Aurora Blanco.
Ese era el sentimiento que recogía la pancarta que estas ex alumnas del Colegio de Huérfanas de Ferroviarios de Palencia portaban en su concentración, y que colgaron de las puertas de este centro abandonado mientras entonaba el himno que tantas veces cantaron en el pasado.