Una vez recuperada la normalidad en la red de abastecimiento de agua tras dos meses de elevados índices de turbidez en las tuberías de los municipios de la Mancomunidad del Alto Carrión, el alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco, se ha mostrado crítico ante la gestión de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

Una intervención que el primer edil calificó de «total metedura de pata». Y es que, para Blanco, es «inviable» que esta entidad haya realizado la obra de impermeabilización de la presa del embalse de Camporredondo de Alba, en la que el Estado ha invertido seis millones de euros, «según les venía a sabiendas de que jamás de los jamases se lo hubieran consentido a otros y sin tener en cuenta sus consecuencias para la población».

De igual forma hizo patente su malestar porque «ni represaron, ni desviaron, ni extrajeron el lodo, ni nada, les resultó mejor expulsarlo aguas abajo. Además hay que ser poco observador para saber que el agua sigue el curso natural del antiguo río, de presa a presa», insistió.

Recordó también que el Consistorio norteño ha estado muy pendiente de los sedimentos y lodos que han llegado hasta los depósitos generales de la villa. Cuestión que obligó a emitir un bando en el que se prohibía su uso el pasado 21 de septiembre «porque filtramos todo el agua que entra, pero es imposible tratarla tal y como nos  llegó durante varias semanas», concluye.