Tiene un carácter afable, de mirada viva, simpático, goloso, optimista y con un extraordinario sentido del humor. Así es Herminio González de los Mozos, un vecino de la localidad de Prádanos de Ojeda que nació un 24 de diciembre allá por el año 1912. «Soltero, con muchas novias», porta a sus espaldas nada más y menos que 100 años, un sinfin de recuerdos, no tan gratos algunos de ellos, como cuando «estaba lleno de piojos y expuesto día y noche a que me mataran» insiste al recordar sus andanzas en la guerra. Los mejores momentos de su vida no duda en decir que son los que vive ahora mismo «que no me falta de nada» asegura sonriente.

González de los Mozos, que perfectamente hace honor a su segundo apellido, dada la vitalidad que tiene, tiene una mente privilegiada y sus convecinos e incluso los llegados de fuera aprovechan su cabeza para recopilar biografías, que sólo él atesora en su memoria, comentan Mª Luisa y Alejandra, hermanas con las que vive, que además le tratan «como a unRey», añaden a la par.

Aficiones. Herminio no ha padecido ninguna enfermedad relevante, practicamente no sabe lo que son los medicamentos, porque no ha tenido que hacer uso de ellos, tan sólo toma un caramelo -a modo de hábito- al ir a dormir. No le importa reconocer que una de sus atracciones es el dulce, a la vez que asegura con firmeza que para él, el mejor invento de todo su siglo de existencia «es la cama». Lleva una vida tranquila y relajada, duerme de más de diez horas. El resto del día lo dedica a sus dos aficiones. La huerta que no lo cambia por nada, ni por nadie y la lectura. Lee todo lo que cae en su mano, desde nuestro periódico, hasta cualquier obra moderna.  

Este año su aniversario es especial, porque como dice su familia «100 años: es un siglo de vida».