La familia okupa de la Casa del Agua, sin luz ni agua

Carlos H. Sanz
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Los anteriores usuarios han cancelado los contratos tras la ocupación de la vivienda de la segunda planta de la Casa del Agua, el edificio municipal protegido en el que otrora se regulaban los depósitos de agua a los pies del Cristo de Otero

La familia okupa de la Casa del Agua, sin luz ni agua

Los anteriores usuarios de la Casa del Agua, la Asociación Cultural Alquimia 130, han tomado la decisión tras la ocupación de la vivienda de la Casa del Agua, el edificio municipal protegido en el que otrora se regulaban los depósitos de agua a los pies del Cristo de Otero, de cortar el suministro eléctrico y el agua a la familia que el 2 de enero decidió que aquel iba a ser su nuevo hogar.

Juan de Dios -nombre ficticio-, su mujer y sus tres hijos de 2, 4 y 8 años, siguen no obstante residiendo en el inmueble a la espera de que el Ayuntamiento les ofrezca una alternativa. «La situación es muy difícil, pero no tenemos otra alternativa. Gracias a mis padres y a mis suegros ni a los niños y a nosotros nos falta de nada», comenta a Diario Palentino.

Durante las últimas semanas  esta familia ha planteado la posibilidad de trasladarse a un piso vacío en la plaza de Rabí Sem Tob, pero finalmente se ha descartado esta opción por ser demasiado pequeño para una familia de 5 miembros. «Nos han comentado que tiene 50 metros cuadrados, pero aunque sea poco, prefiero eso a estar en una casa okupada sin agua ni calefacción», comenta Juan de Dios. Así, el Ayuntamiento sigue esperando que la Junta disponga de una vivienda adecuada para esta familia.

Fue el pasado 2 de enero cuando Juan de Dios rompió con ayuda la cerradura de la puerta de la segunda planta de la Casa del Agua, el edificio municipal protegido en el que otrora se regulaban los depósitos de agua a los pies del Cristo de Otero, y decidió que aquel iba a ser el nuevo hogar para su mujer y sus tres hijos de 2, 4 y 8 años.

«Yo no quiero entrar en casas de nadie, solo tener mi casa para estar con mis hijos», comentó entonces este joven de etnia gitana, que afirmaba que si ha dado este paso ha sido para garantizar su seguridad y la de su familia.

Juan de Dios relató que a finales del pasado mes de octubre tuvo problemas con unos familiares que residían cerca del que hasta que comenzó el año, fue su domicilio en la calle Padilla, del barrio de Pan y Guindas. 

«Estábamos amenazados, enfados, y aunque los ancianos -gitanos de respeto, explicita- intentaron mediar en el conflicto no se solucionó el problema. Cogí miedo de estar allí así que decidí entrar en este local del Ayuntamiento», explicó en su día.

 

* La noticia ha sido editada. En la primera edición se achacaba el corte del suministro eléctrico y de agua al Ayuntamiento como propietario del inmueble, pero desde el Consistorio han aclarado que la decisión ha sido de los anteriores usuarios.