Un estudiante de 13 años mata con un machete a un profesor de su instituto

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El alumno, que portaba también una ballesta y un 'cóctel molotov', agredió a otros dos docentes y a dos jóvenes

El mismo día en el que se cumplían 16 años de la masacre de Columbine (Estados Unidos), en la que dos adolescentes mataron a 13 personas en una escuela secundaria, el  Instituto Joan Fuster de Barcelona vivió ayer su propia tragedia, cuando un alumno de 13 años sembró el pánico en el centro armado con una ballesta, un machete y un cóctel molotov. En el asalto, el escolar, que según los expertos pudo actuar en pleno brote psicótico, acabó con la vida de un profesor y dejó heridos a otros dos docentes y dos estudiantes que ya han sido dados de alta.

Una hora después de que comenzasen la jornada escolar a las ocho de la mañana, el joven se presentó en su aula, donde, en ese momento, una maestra impartía clases de castellano. Tras llamar a la puerta y casi sin intercambiar palabra, el menor disparó a la profesora con la ballesta causándole heridas en un ojo. Según fuentes policiales, se trataría de un arma semiprofesional, pero modificada de manera artesanal y con proyectiles caseros.

La hija de la docente herida, presente en el aula, se levantó para tratar de ayudar a su madre, momento en el que el atacante le clavó el machete que llevaba en la pierna. Según algunas fuentes, después de la segunda agresión, el alumno sacó una botella de cerveza que llevaba en la mochila para utilizarla como cóctel molotov, mientras amenazaba a los escolares. Alertado por los gritos, Abel Martínez, un profesor de sociales, de 36 años y que tan solo llevaba 10 días en el centro como sustituto, se acercó al aula donde se habían producido los ataques. Sin ningún tipo de conversación entre ambos, el escolar de 13 años arremetió contra el docente y le clavó el puñal en el abdomen. Una herida que, apenas unos minutos después, le causaría la muerte.

El atacante, «que parecía ido» según algunos relatos de los testigos, entró en el aula contigua y fue directamente a por otro alumno, al que disparó con la ballesta a la altura de la clavícula.

«El niño ha entrado en la clase con cara de loco y todos nos hemos puesto en una esquina. Hemos visto a una chica con sangre en la rodilla y a un profesor tirado en el suelo», relató una estudiante.

Tras cometer el crimen, el chico fue reducido por un profesor de educación física, cuando ya estaba muy alterado y solo deliraba asegurando que oía voces que le decían que tenía que matar a gente, tal y como relataron distintas fuentes presenciales.

En este sentido, la consellera de Enseñanza de la Generalitat, Irene Rigau, explicó que el menor pudo sufrir un brote psicótico según las primeras indicaciones de los expertos, y que no había «ninguna pista extraordinaria» por mala conducta de este estudiante.

En libertad, pero aislado. De momento, el agresor, que al tener tan solo 13 años no puede ser imputado ni privado de libertad por lo sucedido, se encuentra en un módulo aislado de enfermos mentales en el Hospital Sant Joan de Déu, después de haber pasado por un centro sanitario acompañado por sus padres. A partir de ahora, serán ellos, junto a las instituciones públicas, las que deberán decidir el tratamiento que sigue el alumno que sembró el pánico.