Comisiones Obreras de Palencia presta desde hace unas semanas asesoramiento a quienes han optado por salir a buscar empleo en el extranjero a través de su CITE (Centro de Información a Trabajadores Extranjeros).
Sin animar a la gente a que se vaya de Palencia, puesto que como explicó Juan Carlos González, secretario de Salud Laboral del sindicato, «lo principal es que se cree empleo en España», aportan toda la ayuda posible a quienes «ya han tomado la decisión de salir del país». Tanto nacionales como extranjeros. En poco más de dos meses que lleva funcionando este servicio, que no se había promocionado antes, han sido casi 90 personas las que han solicitado ayuda (una al día), lo que da idea del número de residentes en Palencia que toman en serio la posibilidad de abandonar el país en busca de un empleo.
¿Qué se les ofrece? Desde CCOO dejan claro que no se buscan empleos. «En ese caso remitimos a la Red Eures, del Ministerio», subrayó González. En cambio, sí se informa sobre los trámites administrativos, regulación de entradas y salidas de los países, el sistema nacional de empleo, el empadronamiento, los derechos laborales básicos en el país de destino, la fiscalidad para evitar la doble cotización o las cotizaciones a la Seguridad Social, así como los servicios públicos, sanitarios, educativos o las posibilidades de retorno, así como «las redes sociales de palentinos o castellanoleoneses», indicó Cristina Gallardo.
En cuanto al perfil de las 90 personas que ya han pasado por el CITE, Gallardo aseguró que la mayoría tiene entre 25 y 35 años, «pretende aprender inglés y trabajar para no suponer una carga. El 50% busca irse a Inglaterra, un 30% a Norteamérica, mientras que el resto a África, Sudamérica o Asia».
Personalizada. En el CITE se hace un asesoramiento individualizado para que haya más posibilidades de éxito.
Así, con cada persona se hace un diagnóstico de su situación: si ya tiene trabajo allí o va a buscarlo y, en este caso, se analiza qué idiomas habla, su formación, o de cuánto dinero puede disponer para planificar el tiempo que puede «aguantar» sin tener ingresos. Todo para evitar lo que ocurrió en 2011, cuando dos tercios de los españoles que emigraron a Alemania, volvieron en menos de un año.