Romper una mala racha antes de que llegue lo más duro

David del Olmo
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Las heridas que provocan las derrotas se cierran con victorias, aunque cicatrizan con el tiempo, mejorando el juego con el paso de las semanas, que es lo que trata de conseguir Natxo Lezkano con el Quesos Cerrato Palencia.

Superó al Cocinas.com en la tarde del domingo, con buen baloncesto por momentos, mejorable en muchos casos (a este equipo hay que exigirle mucho, porque tiene buenos mimbres y un buen técnico), pero como decía el entrenador (que es quien conoce mejor a los suyos y lo que espera de ellos como bloque), encontraron el camino. Un sendero por el que transitar y crecer, ahora que llega la parte más dura del calendario. Por este orden, Melilla, Breogán, Lleida, Valladolid, Burgos y Huesca. Entre lo bueno, destacable la aparición de Roger Fornas. Ya se dejó ver en algún duelo anterior en minutos importantes, pero esta vez ya fue del tirador decisivo que asume la responsabilidad y es capaz de destrozar a un rival en un momento dado para decantar un encuentro. Eso sí, su equipo necesita de él más acierto en la pintura. También se dejó ver en todo su esplendor Rafa Huertas. Ya se le esperaba y aún es más jugador de lo que se pudo ver.

Y, sin embargo, en el debe queda la sensación de debilidad que mostró el equipo palentino a la hora deatrapar los despedidos por su aro y de defender a los interiores visitantes. Zimmy Nwogbo, con sus poco más de dos metros, hizo estragos en la defensa palentina (21 puntos, la mayoría a un metro del aro) y cogió nada menos que ocho rebotes ofensivos (acumulaba ocho entre los siete partidos anteriores). El Cocinas.com sumó 20 rebotes ofensivos ante el Palencia Baloncesto. Los visitantes lanzaron cinco tiros de campo y nueve tiros libres más que los morados. Demasiadas opciones concedidas.

Muchas veces se ha dicho, no sin motivos para asegurarlo, que el rebote es deseo. Y, sino, observen qué jugadores se distinguen por su capacidad reboteadora en la canasta contraria. Normalmente se trata de interiores (el tamaño ayuda bastante, aunque no es siempre definitivo) con una enorme actividad en el juego, luchando por un espacio de terreno con el defensor, siempre con la canasta en el pensamiento (un jugador dentro de la pista nunca puede olvidarse de la situación exacta del aro, es un concepto de escuela) y la concentración máxima para tratar de anticiparse al resto de sus rivales cuando el balón salga despedido. Luego llegará el momento de saltar en el momento justo (no siempre se lleva el balón el más grande) y recoger el premio ansiado. Parece una obviedad, pero no hay más que ver un puñado de partidos para ver que no es así. Esta semana el Quesos Cerrato se medirá al Melilla de Devin Wright, en breve al Valladolid de Sergio de la Fuente o al Burgos de Taylor Coppenrath, por citar a algunos de los más conocidos en esta faceta. En duelos igualados la diferencia puede estar ahí. Y si cierras bien el rebote tendrás más opciones de correr.

Hace un par de semanas Juan aumentaba un poco más la familia del Palencia Baloncesto y aún no había vivido un triunfo. Ya sí. Bienvenido.