Más que un paso a la muerte, un paso a la vida en 'El Prendimiento'

diariopalentino.es
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os tres toques de 'tararú' y los golpes en la puerta de la iglesia de San Miguel estuvieron marcados por la 'baja' de uno de los intervinientes, que tuvo que ser suplido

El Martes Santo Palencia celebra la Procesión del Prendimiento, en  la que a Nuestro Padre Jesús de Medinaceli (anónimo, del siglo XVII) en 2005 se sumó el paso de La Traición de Judas (Carlos Guerra del Moral).  En ella, que se ha convertido en una  de las  más populares, se recrea el arresto de Jesús por los romanos en el Huerto de los Olivos. Está organizada por Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli (túnica morada de sarga con capa de raso malva y guantes blancos; escapulario al cuello con el emblema de Jesús Cautivo -una S atravesada por un clavo- y cruz trinitaria;  capillo y cíngulo blancos) y la Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora la Virgen de la Amargura (hábito de sarga morada, rematado con galón dorado en bocamangas -doble galón-, cuello y bajo de la túnica, en el pecho la insignia de la cofradía bordado en oro que consta de corona de espinas y en su interior las letras JHS, una cruz sobre la H y debajo de esta tres clavos. Al cuello, cordón de lana amarillo tostado rematado con 12 madroñeras y tres nudos a lo largo de este simbolizando las llagas de Nuestro Señor).

Escasos minutos después de las 20,30 horas se abrieron las  puertas de la  Capilla de Jesús Nazareno y salió la comitiva de hermanos de esta Cofradía y su Banda de Cornetas y Tambores, acompañados de una representación de la Cofradía Penitencial y Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Sepulcro de Baltanás. Unos metros más allá esperaba La Traición de Judas, para encaminarse hacia San Miguel, templo que ya el pasado año se recuperó como escenario del Prendimiento.

Allí, según la literatura, tiene lugar uno de los actos más singulares de la Semana Santa palentina. Se lee el pasaje en el que Jesús es arrestado por los romanos tras la traición de su discípulo Judas. Un hermano de Nuestro Padre Jesús Nazareno golpea tres veces la puerta, en unos toques secos que se intercalan con tres toques de tararú. A esta llamada se responde abriendo los portones para permitir la salida de la imagen del Cristo de Medinaceli, escoltada por los hermanos de su Cofradía mientras la Banda Municipal de la ciudad interpreta el Himno de Medinaceli. Ayer, los instantes previos fueron en recuerdo a Eleuterio García, párroco solidario (moderador) de la iglesia parroquial de San Miguel, al que se quiso reconocer su contribución al Prendimiento. «Aquel a quien yo bese, prendezle» fue la frase que dio pie a los toques de tararú y los golpes en la puerta, que en esta ocasión  se desarrollaron con algún que otro contratiempo, siendo necesaria la intervención de un suplente. Flanqueaban  la puerta, a un lado la Cofradías con sus estandartes, y al otro los que vinieron procesionando desde San Pablo. Después se representó la captura de Jesucristo en el Huerto de los Olivos. Un hermano nazareno colocó unas esposas a los pies de la imagen titular como símbolo de su cautiverio mientras el paso La Traición de Judas aguarda justo enfrente.

La procesión recorrió después  algunas calles del centro de la ciudad -Doctrinos, General Amor, plaza de Isabel la Católica, La Cestilla, Calle Mayor (con saludo a La Piedad en la iglesia de San Agustín), plaza de León y plaza de San Pablo-. En esta última entra la imagen del Cristo de Medinaceli con la Marcha Real interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Jesús Nazareno. Finalizada la procesión, los hermanos de Medinaceli acompañaron al Cristo hasta su casa, la iglesia de San Miguel. Decenas de personas siguieron el itinerario de la procesión, en San Pablo mezclados con aquellos que disfrutaban de las terrazas. En San Miguel, poco a poco se agolparon quienes no querían perderse detalle, al tiempo que  cada vez eran más los que a medida que la tarde-noche se hacía más desapacible buscaban  refugio junto a los muros del templo.    

La talla de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, realizada en madera de pino, data del siglo XVII y es de autor desconocido. Posiblemente pertenezca a la escuela sevillana como tantas otras muchas tallas a lo largo de la geografía española. Mide un metro y cuarenta centímetros y está realizada en varios bloques encolados que se fueron ensamblando. Toda la talla es policromada, destacando en gran parte el color morado y encarnado. La imagen desfila sobre carroza de plata.

La traición de Judas consta de dos tallas. Representa a Jesús y Judas en el momento de su traición y posterior entrega para ser prendido. Las figuras están realizadas en madera de cedro dividas en diferentes partes que van ensambladas. Es una obra de uno de los imagineros más conocidos de Andalucía, Carlos Guerra del Moral. Va  en  una carroza de madera forrada con chapa de caoba, y adornada con las representaciones de las catorce escenas del Vía Crucis en bajorrelieve, dentro de marcos ovales separados mediante vanos goticistas. La carroza perteneció a la Orden Tercera, que cuando dejó de procesionar la vendió a la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Jesús de Medinaceli.

Recordar, por último, que en 1988 unos hermanos de la Cofradía de Jesús Nazareno quisieron recuperar Procesión del Prendimiento, que había dejado de celebrarse en 1955. Desde su recuperación ese desfile procesional  lo organizan en colaboración las dos citadas Cofradías.