Los excesos de velocidad, el uso del teléfono móvil, la no utilización (aún) de los dispositivos de retención, además de los adelantamientos indebidos son, según la Guardia Civil de Tráfico y la Jefatura Provincial, las principales infracciones que se detectan en las carreteras palentinas de carácter convencional. Y entendemos como tal las vías de doble sentido de circulación en una misma calzada. Esto es, desde una humilde y bacheada carretera entre pedanías a las Nacionales N-610 ó N-611 con un buen arcén. En resumidas cuentas, todo lo que no sea una autovia.

Según los datos de la Delegación del Gobierno, en Castilla y León, en lo que va de año, el 80% de los accidentes mortales se ha producido en este tipo de carreteras. De ahí que durante esta semana la Guardia Civil de Tráfico esté llevando a cabo una campaña especial de control de esas carreteras de una sola calzada con dos sentidos de circulación en la provincia de Palencia.

Con esta campaña se pretende reducir los riesgos en la conducción por estas carreteras con controles más intensivos en todos los ámbitos.

El pasado año, en la misma campaña específica de carreteras secundarias, se contrólo a un total de 6.625 vehículo de los que finalmente se sancionó a 281 conductores. Apenas un 4,21%, lo que supone la segunda tasa más baja de la región, siempre según los datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno de Palencia.

Este mayor número de accidentes en las carreteras secundarias llevará a la reforma del Reglamento de Circulación consistente en la reducción de la velocidad máxima genérica en estas vías con más de 1,50 metros de arcen practicable desde los 100 km/h para los turismos, a sólo 90. Las Nacionales antes mencionadas, así como la N-120, y la comarcal CL-615 (Palencia-Guardo) sufrirán esa reducción.

 

Palencia rompe la tónica. El hecho de que las carreteras convencionales sean el escenario del mayor número de accidentes y de los más graves es una tónica que se ha venido dando tambien en Palencia en los últimos años. Pero, curiosamente, no en 2014.

Ahora mismo, de los nueve fallecidos reconocidos por Tráfico (se descartan las muertes directas a consecuencia de suicidios o enfermedades demostradas), seis se han producido en autovías, por los dos muertos en accidentes en carreteras convencionales (N-610 y CL-615) y uno en un casco urbano (atropello en la capital palentina). 

Incluso sin contar el último accidente, el de los autocares de Torquemada, las autovías se habrían cobrado más vidas en lo que va de año que las convencionales.

Y es que los dos accidentes más graves del año, se han producido además en las autovías que, por otro lado, son las que más tránsito soportan diariamente y son las más utilizadas en los grandes desplazamientos. A los tres fallecidos en Torquemada el sábado pasado, hay que sumar los dos que se registraron en Aguilar de Campoo el 2de agosto en el choque frontal entre dos turismos. Fue además el accidente más grave ocurrido jamás en la A-67 desde su apertura.

Claro que este año es eso, una excepción. Como contraste, en 2013 sólo hubo que lamentar un fallecimiento en autovías. Y además ese único accidente mortal fue en una autovía especial: en la P-11, de carácter semiurbano, donde un ciclista fue arrollado por una furgoneta y se golpeó contra un bolardo. El pasado año hubo, por contra, 8 fallecidos en las carreteras secundarias y otros cuatro en nucleos urbanos.

En 2012, los muertos en carreteras secundarias se elevaron a 10 (sólo en uno, en el de Naveros, fallecieron seis), por los dos de sendos siniestros en autovía y uno en casco urbano.

En 2011 las autovías estuvieron más cerca de las carreteras secundarias, pero aún por detrás. 13 fallecidos en vías de doble sentido por las 10 en autovías. Además, de ese año data el último accidente en autovía con más de un muerto, hasta este 2014.