Acuerdo de una 'hoja de ruta' para poner fin al conflicto de Ucrania

Europa Press
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El pacto de Washington, Moscú, Kiev y Bruselas llama al desarme de todos los grupos ilegales, a la desocupación de edificios públicos y a la amnistía para los que participaron en desórdenes

MANIFESTACIÓN A FAVOR DE LA UNIDAD NACIONAL EN DONETSK - Foto: PHOTOMIG

 
Los representantes de Exteriores de Washington, Moscú, Kiev y la Unión Europea acordaron ayer en Ginebra un plan para desactivar «inmediatamente» el conflicto en Ucrania a través del desarme de todos los grupos armados ilegales, la desocupación de edificios públicos en manos de simpatizantes prorrusos, amnistía para los manifestantes excepto los acusados de delitos «capitales» y el inicio de un diálogo «nacional y abierto» entre las partes enfrentadas previa reforma constitucional en la antigua república soviética.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) será la responsable de supervisar la implantación de esta hoja de ruta -que, de momento, no ha ido acompañada de fechas específicas, si bien las partes han mostrado su deseo de que sea «inmediata»-. El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov comprometió todo el apoyo que su país sea capaz de proporcionar para el éxito de la misión.
Estas medidas irán refrendadas con el inicio de un proceso de enmienda constitucional por parte del actual Gobierno en funciones de Ucrania para «dar voz y voto a todas las partes» que deseen participar en un diálogo «abierto, nacional e incluyente», según hizo saber el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
«Todo ello representa, creemos, un éxito, por hoy. Pero las palabras en papel solo tendrán sentido si llevan a acciones que las refrenden. Estas palabras tienen que traducirse en actos. El trabajo todavía no ha concluido, y no terminará hasta que estos principios sean aplicados», declaró Kerry, acompañado de la máxima responsable de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton.
El secretario de Estado, que consideró que la reunión representaba «un extraordinario y fructífero día de trabajo», puntualizó que el acuerdo alcanzado «es solo el principio». Se trata, subrayó, de «pasos concretos iniciales que se verán reforzados y precisados con nuevos encuentros».
En este sentido, Kerry hizo saber también que las conversaciones de ayer no trataron ni de la actual crisis energética derivada del conflicto en Ucrania ni de las sanciones impuestas contra Rusia por la comunidad internacional por su intervención en el desarrollo de los acontecimientos en Crimea y Ucrania.
«De momento, creemos que es prematuro modificar las sanciones impuestas, pero si hay cambios en un futuro, desde luego que pondremos el tema sobre la mesa», hizo saber el político norteamericano. «Pero nuestro objetivo aquí, en Ginebra, no ha sido el de amenazar a nadie, sino abrir una puerta para que todas las entidades enfrentadas en Ucrania respondan a esta petición», declaró.
Por su parte, Lavrov puso directamente en manos del Ejecutivo ucraniano la capacidad de llevar el acuerdo a buen término. «Hay que enviar una señal al Ejecutivo en funciones de Ucrania de que la responsabilidad está en sus manos», declaró en una rueda de prensa apartada de sus homólogos de EEUU y la UE. Toda una señal inequívoca de malestar. 
 
TERRITORNIO NO ALINEADO. Lavrov, no obstante, sí criticó las recientes iniciativas de la OTAN para, a su entender, «romper la neutralidad de Ucrania» e intentar acercar el país a la Alianza. «Esta clase de cambios en el estatus de Ucrania como país no alineado podrían terminar afectando negativamente a los esfuerzos para terminar la crisis», hizo saber.
Además, Lavrov recordó que en modo alguno este acuerdo suponga, a los ojos de Rusia, una legitimización de las actuales autoridades ucranianas que votaron la expulsión el pasado mes de febrero del ex presidente Victor Yanukovich «Los países occidentales tienden a interpretar esta reunión una legitimización por Moscú de las nuevas autoridades en Kiev, y no lo es», reiteró.