Las miserias 'culés'

DPA
-

La derrota ante el Real Madrid en el encuentro copero destapa los grandes problemas de un Barcelona acostumbrado a ganar

BARCELONA - REAL MADRID - Foto: Alberto Estévez

Pocas veces un gol mostró tantas cosas: con su galopada en la final de la Copa del Rey, el galés Gareth Bale dejó expuestas unas cuantas verdades y no pocas hipocresías en el ‘final de ciclo’ del actual Barcelona, uno de los grandes equipos de todos los tiempos.

Fichajes. La velocidad del extremo blanco para sacarle tres metros en dos segundos a Marc Bartra dejó atónito a un Barça que se burló de los 91 millones de euros del fichaje y jugó su carta con la ‘oscura’ contratación del brasileño Neymar en vez de incorporar el defensa central, necesidad evidente desde hacía tiempo. El Bale de Florentino Pérez anotó el gol que el Neymar del desaparecido Sandro Rosell estrelló en el poste.

Sin garra. El ‘mundillo’ del fútbol español viene inistiendo en dos cosas sobre Gerardo ‘Tata’ Martino en las últimas semanas. Por un lado, se dice que es honesto, profesonal y buena persona. Por el otro, que el equipo le queda grande. Algún día contará por qué rechazó la oferta de fichar un central cuando se lo ofrecieron, probablemente se entienda mejor lo que quiso y no supo o pudo hacer. Hay una foto en plena carrera de Bale hacia el gol en la que se ve al entrenador argentino gritando a sus jugadores, consciente de la inminente catástrofe. No es la imagen de un entrenador sin sangre. Alguna vez habló de los análisis ‘ventajistas’ de los medios después de los partidos, quizás ahora recuerde que el encuentro que jugó hace menos de un mes en el Bernabéu fue muy similar al de la debacle. Pero aquella vez se ganó 4-3, y el ánimo era el opuesto. Duró poco.

Autocrítica. Xavi Hernández señaló tras caer ante el Atlético de Madrid que habría que ver nuevamente el partido para confirmar si la victoria rojiblanca era merecida. En la noche del pasado miércoles, tras el 2-1 del Real Madrid, dejó otra frase llamativa: «El resultado es un poco impostor». Y añadió: «Llevamos el peso del duelo y en dos contras nos mataron». La obsesión por la posesión llevada al límite y la insistencia en lo ‘diferente’ que es el Barcelona terminaron en el absurdo: el canterano no habría sido capaz de frenar a Bale con una falta táctica debido a su ‘ADN-Barça’. La belleza del fútbol ‘culé’ no se le olvidará a nadie, pero la convicción de que solo hay una forma legítima y hasta ética de jugar terminó siendo un ‘boomerang’ para el grupo.

Messi. El argentino genera toneladas de preguntas, pero ninguna respuesta, en especial porque tras las derrotas, es una rareza que hable ante los medios, algo que sí hacen jugadores como Andrés Iniesta o Dani Alves. Ningún remate entre los tres palos, 10 pelotas perdidas y apenas dos faltas provocadas: el Messi de las últimas semanas es aún menos reconocible que ese Barça que fue y ya no es.