Los dos inmuebles que Saldaña sacó a subasta el pasado mes de enero no reciben ninguna oferta

Rubén Abad
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El Consistorio ha abierto un período de exposición publica para un piso en el casco urbano y una casa con finca en Vega de Doña Olimpa

Saldaña no ha recibido oferta alguna por los dos inmuebles que sacó a subasta pública el pasado mes de enero, convocatoria que fue publicada en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y que no ha sido del agrado de ningún comprador.

En concreto se trata de un piso de sesenta metros cuadrados ubicado en la calle La Cochera, muy próximo a La Casona y al Museo Monográfico de la Villa Romana La Olmeda, y una casa de dos plantas rodeada por una gran finca en Vega de Doña Olimpa, una de las doce Entidades Locales Menores saldañesas. El primero de los inmuebles tenía un precio base de licitación de 36.610 euros, mientras que la otra edificación se tasó en su momento por 10.131 euros.

Las personas interesadas en hacerse con uno de estos bienes aún están a tiempo, puesto que el Consistorio ha abierto un nuevo plazo de exposición pública de la oferta durante un año por si hay algún comprador que desee hacerse con estas propiedades y no pudo pujar en la subasta.

Una compra que será directa, sin competidores, tal y como apuntó el concejal de Hacienda, Isaac de Prado, quien explicó que «cualquier persona que ofrezca el precio fijado en su momento recibirá directamente los bienes, sin tener que pasar por una puja».

Además, indicó que si pasado un tiempo prudencial tampoco hay ofertas sobre la mesa, «la idea del equipo de Gobierno es solicitar una nueva peritación».

Cabe destacar que el piso de Saldaña procede de la herencia que dejó en su día Santiago Prieto Varela al Ayuntamiento, un saldañés generoso que donó dos terceras partes e su patrimonio -aproximadamente 287.286 euros- a las arcas municipales y el tercio restante a la Parroquia para impulsar obras de mejoras en la iglesia de San Miguel, actuaciones que podrían estar listas antes de verano.

En el caso de Vega, el edificio fue cedido a la Junta Vecinal, pero regresó a manos municipales ya que nunca se llegaron a realizar las actividades previstas por las que el Ayuntamiento concedió su explotación a los vecinos de este pueblo de apenas cuarenta habitantes.