Miguel Abellán: «Me voy contento por el cariño que siempre me brinda Palencia»

Jorge Cancho
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«A los toros hay que esperarlos y la oreja que corté fue fruto de haber sabido ser paciente»

Entre el viento y la embestida desigual de su segundo toro nadie creía que le acabaría cortando la oreja

No era un animal para estar muy a gusto que digamos delante de su cara. Un toro muy grande y poco lucido, si bien lo único que no tenía maldad. Y si a todo ello añades el fuerte viento que volvió a soplar un año más en esta plaza, es normal que me costara encontrar el sitio de inicio.

Le supo atacar en el momento preciso y la faena fue a más

A los toros hay que saberlos esperar ya que no se les puede desfondar desde un principio. Con éste he sabido ser paciente para sacar en las dos o tres últimas tandas lo mejor de él, de ahí el valor de la oreja que le corté.

Y acabó gustándose...

Una vez que le sometí  me encontré bien por el lado derecho y también en algún que otro natural que conseguí robarle. Me hubiera gustado estar mucho más a gusto con él, pues a esta plaza y a esta feria les tengo un especial cariño por los muchos años que he venido. Y pese a que no he podido reeditar el triunfo de tres orejas del pasado año, me voy contento y feliz de cómo me trata el público palentino.

Su primer toro tan solo tuvo un pitón, el izquierdo, y por ahí tuvo que lidiarle de principio a fin

Hizo cosas muy feas tanto con el capote como con la muleta de salida. Por momentos se puso muy complicado y más aún con ese viento incómodo que sopló toda la tarde.

Por el derecho ya le avisó en los lances que no era el bueno...

Así es. Con el capote ya me arrolló y a punto estuvo de darme un susto. Luego, en banderillas por ese pitón se vio que al banderillero se le vencía, metiéndose mucho para dentro. En definitiva, un toro difícil.

Y el mejor espada de la feria del pasado año también dejó su sello en la presente edición

He matado bien a ambos toros, cierto es que el primero se me tiró un poco encima pero fui muy derechito y le acabé metiendo muy bien la mano. Con la espada he vuelto a estar firme.