El fiscal les pide 18 meses por dejar morir a 3.000 gallinas

ALBERTO ABASCAL
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Acusa al administrador único y al responsable directo de Granja Coto Verde, A.G.N. y C.M.T., de un delito de maltrato injustificado de animales . Las aves murieron de inanición

El fiscal les pide 18 meses por dejar morir a 3.000 gallinas - Foto: Óscar Navarro

El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de 18 meses de prisión e inhabilitación para el ejercicio de toda profesión relacionada con animales durante cuatro años, tanto para el  administrador único como para el responsable directo de la Granja Coto Verde SL, ubicada en la localidad de Amusco, e identificados como A.G.N. y C.M.T., como presuntos autores de un delito continuado de maltrato injustificado a animales domésticos o amansados con resultado de muerte después de que, supuestamente, dejaran morir de hambre a casi  3.000 gallinas ponedoras para ahorrarse los costes de su alimentación y su posterior sacrificio en un matadero al dejar de ser rentable la producción de huevos.

Según el fiscal, la citada explotación estaba formada por tres naves. En la nave A se encontraban las aves de mayor longevidad y en la que había sido detectada meses antes la presencia de salmonella, lo cual conllevaba el sacrificio de las mismas con el consiguiente desembolso económico.

A juicio del fiscal, según el escrito al que ha tenido acceso Diario Palentino, desde el momento en el que la producción de huevos en la nave A dejó ser rentable, los acusados, «con el flagrante desprecio por la vida, la salud y el bienestar de los animales»,  supuestamente hicieron voluntariamente dejación de los mínimos deberes de alimentación iniciando una restricción alimentaria con la finalidad de que las aves fallecieran por inanición, logrando con ello el ahorro de los costes que conllevaban su alimentación, así como el posterior sacrificio en el matadero. Para el fiscal, esta situación derivó en el sufrimiento y agonía de las aves, que fue constatado por los agentes de la Guardia Civil (Seprona) y de la veterinaria de la Junta.

De hecho, las diligencias se incoaron a raíz del atestado confeccionado por el Seprona el 28 de abril de este año  después de que agentes de este servicio policial se personaran sobre las 8,00 horas del 8 de marzo en la explotación avícola de gallinas Granja Coto Verde SL, ubicada en el punto kilométrico 23 de la carretera Nacional-611 (Palencia-Santander), y que se dedicaba a la cría y mantenimiento de gallinas ponedoras en jaulas acondicionadas para la producción de huevos, tanto para consumo humano como para la elaboración de ovoproductos a nivel industrial. 

Una vez en el lugar, los agentes observaron la existencia de un número considerable de cadáveres de gallinas en la nave A, tanto en el interior de las jaulas como diseminados por los pasillos. Además, en las inmediaciones de acceso a la nave comprobaron la existencia de varios contenedores de plástico que contenían más cadáveres; abundante presencia de excrementos tanto bajo las jaulas como en los pasillos; y presencia de aves vivas fuera de las mismas deambulando por los pasillos entre cadáveres y excrementos.

A tenor del informe elaborado por el Seprona, la alimentación y el agua de bebida para los animales eran suministrados directamente al interior de las jaulas mediante un sistema automatizado, aunque las aves que se encontraban fuera de las mismas no podían acceder a dicho suministro. Por si fuera poco, los huevos se encontraban diseminados por el suelo de la nave y se localizaron envases que contenían veneno (raticida) al alcance de las propias aves que se encontraban fuera de sus jaulas. Además, los agentes también comprobaron la presencia de varias gallinas vivas en el interior de un foso que almacenaba deyecciones líquidas y constataron la ausencia de alimento alguno en los contenedores de comida.

Asimismo, el día 15 de marzo se personó en las mencionadas instalaciones la veterinaria oficial adscrita a la sección de Sanidad y Producción Animal de Palencia para realizar una inspección conjunta con los agentes del Seprona. Durante la inspección se constató la existencia de 703 cadáveres en los pasillos y un número indeterminado en el interior de las jaulas y de la fosa de recogida de deyecciones. En dicha inspección se registró la presencia de una considerable población de ratas deambulando por las instalaciones, mientras que un número indeterminado entre 50 y 100 gallinas se encontraban fuera de sus jaulas, vagando por la nave sin dar con el modo por el cual acceder al alimento y al agua para beber. Los agentes, tras estudiar las hojas de control de puesta facilitadas por C. M. T. donde se anotaban las entradas de pienso en los silos de almacenamiento, comprobaron que durante catorce días (desde el 22 de febrero hasta el 15 de marzo) las gallinas de la citada nave no habían sido alimentadas adecuadamente. De hecho,  desde el inicio de la privación de alimentos (22 de febrero) hasta la fecha en que se realiza la última inspección e  inmovilización de la explotación (15 de marzo) habían fallecido ya un total de 2.882 gallinas.