Puerta Grande para el bien torear del 'Cordobés', Abellán y 'Fandi'

Manuel Illana
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Siete orejas. No es normal que en una tarde se corten tantos trofeos, tal y como sucedió en 'Campos Góticos'. Sí lo hizo normal la entrega, decisión y torería de la terna actuante

Puerta Grande para el bien torear del ‘Cordobés’, Abellán y ‘Fandi’ - Foto: Oscar Navarro

Toreros

Manuel Díaz EL CORDOBÉS. De caña y oro con remates negros. Silencio en su primero al que mató de casi entera haciendo guardia. Dos orejas en el cuarto de la tarde, al que pasaportó de volapié en todo lo alto.

Miguel ABELLÁN. De blanco y plata. Cortó las dos orejas de su primero (sobrero), al que mató de una estocada entera. Un apéndice más en el quinto, al que mató de otro gran volapié.

- Foto: Oscar Navarro David Fandila EL FANDI. De nazareno y oro. Cortó una oreja a cada uno de sus enemigos. Al primero lo liquidó de estocada entera y al sexto de casi entera trasera y descabello.

Incidencias

La Plaza no llegó a cubrirse en su mitad en una tarde de buena temperatura, mucho viento y ambiente previo a los días grandes de Feria. Para que no faltara nada, también acompañó a los toreros por la Puerta Grande el titular de la ganadería de Albarreal.

- Foto: Oscar Navarro Tarde más que interesante la vivida y disfrutada ayer en Campos Góticos. Cuando al finalizar una corrida se abre de par en par -y con justicia- la Puerta Grande para que por ella salgan a hombros los tres matadores y el titular de la ganadería es que, en las más de dos horas de duración del festejo, algo serio e importante ha sucedido en el ruedo. La corrida, como viene siendo casi normal en los últimos tiempos, duró prácticamente dos horas y media. Alguien puede pensar que es mucho tiempo. Lo es de verdad. Pero ayer se hizo corto por lo que en la Plaza sucedió.

Cuando los toreros se entregan en la forma que ayer hicieron en Campos Góticos y se encuentran delante con una corrida de toros que además de bien presentada tuvo eso tan importante de casta y bravura en más de un ejemplar, es normal que triunfen.

Abría plaza El Cordobés que a Palencia llegó dispuesto a borrar su última tarde en esta Plaza. Y bien que lo consiguió. No pudo ser en el primero de su lote, el menos brillante de la corrida, y eso que lo intentó de todas las formas posibles. Tuvo que esperar a su segundo para demostrar lo que lleva dentro, sintiéndose feliz con la faena que realizó. Muy templado en el principio, toreando con mucha tranquilidad, a un buen ejemplar que humillaba y repetía embestidas. Vimos a un Cordobés distinto al de muchas tardes toreando en un palmo de terreno en largas tandas templadas y sobre los dos pitones. Feliz el torero y el público.

- Foto: Oscar Navarro Volvía a Palencia Miguel Abellán después de unos cuantos años de ausencia y lo hizo por el camino de la verdad, esa verdad que viene demostrando esta temporada con triunfos sonados en plazas de categoría. Nos encontramos con un Abellán serio y cuajado como torero, con un sitio importante y haciendo siempre las cosas por su lugar. Si diferentes fueron en comportamiento sus dos toros, distinta fue también la forma de entenderlos y lidiarlos. Así, vimos a un Abellán toreando muy de verdad y matando como siempre han hecho los buenos.

Cerraba cartel El Fandi que estuvo con las formas y ganas de todos los días. Bien con el capote en sus dos toros, genial y espectacular también como siempre en banderillas y realizando dos faenas de muleta parecidas en su contenido, pero algo distintas en su forma. Tuvimos a ese Fandi que los públicos quieren seguir viendo: entregado y dispuesto a triunfar.