La crisis económica y el mantenimiento de la mala situación laboral y económica en el país está provocando que uno de cada cinco españoles (el 21,1 por ciento) viva por debajo del umbral de la pobreza, un 0,7 por ciento menos que en 2011, según los datos provisionales para este ejercicio y definitivos para el año pasado de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Así, el estudio revela que la disminución de esta tasa se ha producido de forma destacada entre las personas mayores de 65 años, entre los que ha pasado del 21,7 por ciento en 2010 al 16,9 por ciento en 2012, mientras que la proporción de los ciudadanos que se encuentran debajo del umbral de pobreza ha aumentado en las personas entre 16 y 64 años, pasando del 19,4 por ciento en 2010 al 21 por ciento en 2012.

Concretamente, la encuesta indica que en el caso de hogares compuestos por dos adultos y dos menores, la cota de miseria se sitúa en 15.445 euros, un 2 por ciento inferior a la calculada para 2011.

Sin embargo, apunta que, si se considera el valor del alquiler imputado -se aplica a los hogares que no pagan un alquiler completo por ser propietarios o estar alquilados a un precio inferior al de mercado o a título gratuito-, la tasa de riesgo de necesidad en las familias nacionales se ha reducido hasta el 18,4 por ciento.

En este caso, los datos muestran que la población mayor de 65 años, que en mayor proporción es propietaria de su casa, presenta el menor porcentaje de riesgo de exclusión -un 8,5 por ciento para el presente año- mientras que uno de cada cuatro menores de 16 años se sitúa por debajo del umbral de pobreza.

Estudios y marginalidad.

El informe realizado por el Instituto Nacional de Estadística revela la relación directa que existe entre el nivel de estudios del individuo y su potencial riesgo de marginalidad. Así, según la formación del sujeto se desprende que el 28,9 por ciento de la población que ha alcanzado un nivel educativo equivalente a la educación primaria o inferior está en peligro de pobreza, frente al 10 por ciento de quienes han alcanzado la educación superior.

Asimismo, por tipo de hogar, evidencia que el 38,9 por ciento del total de personas que viven en hogares formados por un adulto con hijos dependientes a su cargo se sitúan en riesgo de pobreza, porcentaje que se reduce hasta un 18 por ciento si se trata de familias formadas por dos adultos sin descendencia. En relación con la actividad, demuestra que el 35,8 por ciento de los parados está en riesgo de exclusión, frente al 13,3 por ciento de los ocupados.

Atendiendo a la nacionalidad, de la encuesta se desprende que el 43,5 por ciento de los ciudadanos extranjeros procedentes de fuera de la Unión Europea se encuentran en amenaza de pobreza, mientras que la tasa se reduce hasta un 26,2 por ciento si se trata de europeos y hasta un 19,8 por ciento en el caso de los nacionales.

Según explica el INE, la línea de peligro de marginalidad se calcula cada año a partir de la distribución de los ingresos del año anterior y apunta que, siguiendo los criterios recomendados por Eurostat, este nivel se fija en el 60 por ciento de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de las personas físicas.