Una barruelana de 'Goya'

Marta Redondo Moreno
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Lucía Solana, cuyos padres son de Barruelo, ha recibido el galardón al 'Mejor Maquillaje y Peluquería'

Comienza el espectáculo. La alfombra se extiende y se convierte en una pasarela en la que importa más el diseñador del vestido o del traje de los actores y actrices que los premios que les darán. Gente que ni siquiera está nominada pasea sus elegantes diseños mientras otros que sí lo están pasan sin que los focos se detengan en ellos. Comienza la gala y una vez más los focos se centran en los de siempre, es una gala y sin duda se vive del espectáculo. Pero en el patio de butacas hay muchas personas cuyos rostros no son tan conocidos y son los auténticos protagonistas de la noche. Ellos son los cámaras, técnicos de sonido, maquilladores, compositores, creadores de vestuario o de efectos especiales, entre otros muchos, que no suelen ocupar los primeros planos en las galas, pero que sin su trabajo sería imposible rodar una película.

Entre esas personas se encontraba el pasado sábado una joven de la que estaban pendientes sus familiares y amigos en Burgos -ciudad en la que nació y vivió-, Badalona -en la que reside actualmente- y también en la Montaña Palentina, concretamente en Barruelo de Santullán. Y es que la ya ganadora del premio Goya al Mejor Maquillaje y Peluquería -junto a Pablo Perona, Sylvie Imbert y Paco Rodríguez-, Lucía Solana, tiene sus orígenes en la localidad minera.

«Mi padre nació en Camasobres y mi madre en Vallejo pero desde pequeños se trasladaron a vivir a Barruelo de Santullán y allí, y en Porquera de Santullán, han residido siempre mis abuelos», comenta Lucía Solana. La artista es burgalesa pero también barruelana pues a la localidad norteña se desplazaba durante las vacaciones de verano, Navidad y Semana Santa con su familia y en la población cuenta con un gran grupo de amigos que el pasado sábado estaban pendientes de la gala y de ella a la que ahora ven cuando el trabajo se lo permite.

«Me encanta ir a Barruelo, tenemos casa en el barrio San Pedro y allí voy siempre que puedo en vacaciones, aunque ahora acuda  menos que antes por motivos laborales», indica.

De la comarca destaca su «paisaje y paisanaje».  Y es que dice que «la zona es preciosa sobre todo en otoño. Me encanta pasear e ir al monte, me da mucha energía. Pero creo que tendríamos que cuidarla más». Pero si hay algo que le guste a Lucía son los barruelanos. «Me gusta ir allí, salir y encontrarme con la gente sin ni siquiera quedar, tengo a mis amigos de siempre a los que espero ver pronto. En Barruelo nos conocemos todos».

Es licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, estudios que completó en Austria y Alemania. Gracias a una Beca Argo, trabajó un año en Berlín para para Animas Films Animations. Allí construía decorados, pequeños objetos y vestuario para muñecos de stop-motion. A su regreso a España coincide con Pablo Perona, en otro proyecto de stop-motion y decide aportar sus conocimientos en beneficio de May Effects, cuyo taller se encuentra en Badalona.

«Yo me dedicaba a hacer exposiciones de dibujo y escultura pero tras volver de Berlín me ofrecieron un trabajo y así me vi metida en el mundo del cine», explica. En gran medida fue tras conocer a Perona, que se dedicaba ya a ello y le gustó ese tipo de disciplina artística pues «tiene que ver mucho con las escultura y la creatividad».

La joven que había expuesto su obra en Burgos, Bilbao y Oviedo, entre otras ciudades, ahora se dedica al séptimo arte. «Hemos trabajado en cortometrajes, para publicidad, teatro y varias películas. Lo que más nos piden son réplicas de animales. Hemos elaborado de todo: gatos, perros, flamencos, osos, etc. es un trabajo muy bonito que tiene mucho que ver con la escultura», indica.

‘los últimos días’ y ‘nadie quiere la noche’. Su primer reconocimiento lo consiguió de la mano de Álex y David Pastor con Los últimos días con el que ganaron su primer Premio Gaudí, concedido por la Academia de Cine Catalán. Tras ese trabajo llegó la llamada de la gran Isabel Coixet para participar en Nadie quiere la noche. Una película a la que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España concedió cuatro Goya – estaba nominada a nueve- en su última edición.

Precisamente uno de ellos fue el que tienen ya Lucía Solana y Pablo Perona -May Effects- encargados de los maquillajes especiales y compartido junto a Sylvie Imbert -maquilaje- y Paco Rodríguez -peluquería-.

Una película ambientada en la segunda década del siglo XX en el Polo Norte, y en la que se narra la lucha del ser humano contra el entorno natural en una época en la que aún se exploraban nuevos territorios. Josephine (Juliette Binoche)  inicia una expedición para reunirse con su marido, el explorador Robert Peary. Durante su viaje se encuentra con una humilde mujer esquimal (Rinko Kikuchi) que está embarazada. No lo tenían nada fácil Solana y Perona para elaborar las prótesis, animales y maquillajes especiales encargados para esa obra.

«Lo primero que hicimos fue un oso polar. Una gran escultura que tardamos un mes en realizar y que no tiene técnica de taxidermia, está elaborada con pelo sintético», matiza Lucía.

También habla de las dos prótesis realizadas para simular el embarazo de la inuit y el maquillaje de las manos con los dedos gangrenados del explorador. «Lo más difícil fueron las tripas de embarazada de seis y nueve meses. La prótesis tenía incluso unos pechos con un sistema para amamantar al bebé, que también tuvimos que hacer. Técnicamente era muy complejo. En nuestro país nunca se había realizado un trabajo de este tipo. Tardamos tres meses en poder realizarlas», revela.

Gracias a esos trabajos de prótesis y maquillajes especiales y muy realistas consiguieron el que era su segundo Premio Gaudí y la pasada semana el Goya. «Estaba supernerviosa, era la primera vez que acudía y estábamos nominados. Tenía una pequeña esperanza de conseguirlo pero me parecía muy difícil pues competíamos con grandes trabajos. Cuando subía al escenario solo pensaba en no caerme en las escaleras y también en Isabel Coixet, aunque pasa tan rápido que no te da ni tiempo a pensar más. Estaba contenta por haber conseguido el premio para ella y su película», confiesa.

Tras ello se relajó, «fue como un alivio y ya pude disfrutar». Sobre todo se acordó de su familia y amigos de los que ha recibido muchas felicitaciones incluidas las de su cuadrilla de Barruelo, que la esperan para hacerlo en persona.