La crisis blanca

Esther Marín
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El sector lácteo continúa en declive y las amenazas no cesan. Al hundimiento de precios se suman el aumento de los costes de producción y la falta de implicación por parte de la industria, aspectos que tiran por tierra la labor de los ganaderos

La crisis blanca - Foto: Jesús J. Matías

Los agricultores viven pendientes de las condiciones climatológicas y los ganaderos de todo un entramado en el que, lejos de comenzar a ver la luz, con el tiempo la situación se torna más complicada. Desde hace unos años, el sector lácteo va encadenando una crisis con otra y los profesionales empiezan a pensar en tirar la toalla.

El descenso comenzó hace tres años, pero la situación ha alcanzado un momento alarmante. Según los datos de COAG, cada mes cierran en España, de media, 70 explotaciones lácteas. Entre las comunidades más castigadas se encuentra Castilla y León y, dentro de ella, Palencia está viviendo un auténtico trance. Hundimiento de precios, aumento de costes de producción, falta de ayudas o ausencia de implicación son algunas de las cuestiones que este sector no logra superar y que parece van a peor.

«Son muchas crisis continuadas y esto solo nos lleva a la desaparición del sector», asegura David Tejerina, responsable de COAG Palencia. «Otros años por esta época los precios habían subido, pero este año se han mantenido a la baja. Hay perspectivas de que puedan subir a principios de año, pero no lo tenemos nada claro», añade.

«Los precios de la leche son verdaderamente ruinosos y la situación no termina de solucionarse, por lo que el desánimo es la tónica general entre los profesionales de la provincia», añade Raúl Azpeleta, secretario general de UPA Palencia.

Tejerina tiene claro que «el sector ganadero ha hecho los deberes y ha cumplido con la parte que le correspondía, pero la industria no ha innovado ni ha buscado nuevos mercados. Lo que no puede ser es que el productor baje los precios y el resto de implicados siga haciendo las cosas igual».

UPA ha hecho un estudio comparativo de los precios de la leche que cobran los ganaderos en los diferentes países de la Unión Europea. El resultado es contundente para los españoles: cobran más de 25 millones de euros menos mensuales que si recibiesen el precio medio pagado en Europa. Según la organización agraria, la producción nacional está disminuyendo a pasos agigantados y la situación del sector lácteo español se está acercado peligrosamente a la gran crisis de 2015.