Las negociaciones del Brexit, a pesar de haberse cerrado un acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea, están «en un momento crítico». Así lo aseguró ayer la primera ministra británica, Theresa May, ante el Parlamento de Westminster, donde en vísperas de la cumbre comunitaria que tendrá lugar el próximo domingo para avalar ese pacto, aprovechó para mantener que protegará la «soberanía británica» de Gibraltar durante las negociaciones sobre la futura relación entre las partes.

Sus palabras fueron una severa advertencia al Gobierno español de Pedro Sánchez, que amenaza con rechazar el documento si no se incluye al Ejecutivo de Madrid en las conversaciones en las que esté involucrado el Peñón. Pero May, que conversó la noche del pasado miércoles con Sánchez al respecto, informó a los diputados de que fue «absolutamente clara» con el socialista, al trasladarle que «la soberanía británica de Gibraltar se protegerá» y que «la futura relación con la UE debe funcionar con toda la familia del Reino Unido». Sin embargo, también confió en que Sánchez, finalmente, avalará el texto y se consiga «un buen acuerdo» con los Veintisiete.

«Todos nuestros esfuerzos deben estar centrados en trabajar con nuestros socios europeos para llevar este proceso a su conclusión final, en el interés de todos nuestros pueblos», agregó la conservadora, que promulgó en la Cámara que cerrar el pacto definitivo está «al alcance» de su Gobierno.