Las elevadas tasas de paro que se generaron con motivo de la crisis económico supuso también un aumento en las prestaciones por desempleo y, por ende, en el dinero destinado a cubrir esta red de protección. El gasto anual en prestaciones se disparó un 92,13% durante los años de la crisis. Así, entre 2004 y 2007 el coste de las prestaciones ascendió a 2,4 millones de euros al añ, mientras que entre 2009 y 2016 se ha pasado a los 4,5 millones. El incremento es mayor si se atiende a los expedientes por prestaciones tramitados. En el primer periodo la cifra era de 12.690 y en el segundo ascendía a 30.403, por lo que aumenta del 141,7%. Ha hablado también del aumento del empleo, ha reconocido que es «temporal y poco estable». Por ello, ha defendido la necesidad «de conseguir garantizar «una vida digna». «Hay que generar motivación con empleo de calidad», ha indicado. También se ha mostrado contrario a la renta universal por considerar que "desincentiva la búsqueda de trabajo".