La quinta edición de la feria Buen Rato en el Cerrato que se celebró en la jornada de ayer demuestra que esta iniciativa tiene cada vez más peso en el calendario ferial de la localidad y que cada edición despierta un mayor interés entre los vecinos de la comarca. El principal atractivo de este evento es la muestra alimentaria y de otros productos que reúne en las calles aledañas al Ayuntamiento a un buen número de expositores que mostraron sus artículos, respondieron dudas de los clientes y algunos hicieron una buena caja.

Por la mañana, fue el turno de los distintos talleres que abordaron distintas temáticas.

Los niños hicieron de cocineros por unos instantes, mientras que también hubo tiempo para aprender nuevas recetas y meter las manos en la masa con la repostería en las actividades desarrolladas en la plaza de España.

Por la tarde, fue el Museo del Cerrato Castellano el que centralizó una interesante actividad;una cata de vinos y de conservas. El patio del Hospital de Santo Tomás fue el lugar escogido para presentar los vinos rosados de la Bodega Remigio de Salas, de la Denominación de Origen Cigales y los tintos Mojío de la Bodega Esteban Araujo, de la DO Arlanza así como varios productos de la firma Micopal. Además, el Museo del Cerrato abrió ayer sus puertas a todo aquel que quiso conocer su contenido y por eso, cerca de 200 personas disfrutaron conociendo mejor esta comarca formada por municipios de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid.

Además, por un euro se pudo disfrutar de una visita comentada a la exposición sobre Pedro de los Mozos, en el centenario de su nacimiento.

Para acabar una jornada plagada de actividades se procedió al sorteo de una cesta de productos entre todos aquellos que compraron en alguno de los puestos instalados en el mercado.

Y como acto de clausura, la música tradicional del grupo folk Alquitara animó una calurosa velada en la capital del Cerrato.