Sara Bayón: «Hace año y medio hubiera firmado la cuarta plaza en Londres, no lo hubiera creído»

David del Olmo
-

La palentina Sara Bayón es la entrenadora de conjunto de la selección española de gimnasia rítmica que participaba hace tres semanas en los Juegos Olímpicos de Londres

Sara Bayón: «Hace año y medio hubiera firmado la cuarta plaza en Londres, no lo hubiera creído» - Foto: DP

Sara Bayón repasa, tres semanas después, de visita en Palencia, su experiencia y la del conjunto español de gimnasia rítmica en los Juegos de Londres.

¿En un principio celebraron la cuarta plaza en los Juegos?

No, al principio no. Cuando en la competición vimos que habíamos superado a Bulgaria, y ya nos veíamos cuartas, estábamos contentas. Pero cuando actuó Italia y vimos su fallo enorme, nos vimos casi con la medalla. Al ver la nota de las italianas pese a ese fallo tan grande, en ese momento no lo celebramos, estábamos con rabia porque esa medalla debía haber sido nuestra.

 - Foto: DP ¿Tres semanas después valoran el éxito?

Luego sí, claro. El cuarto lugar está muy bien después de un año y medio trabajando con las chicas. De decimoquintas del mundo a pasar por los pelos al Preolímpico y desde ahí hemos tenido más regularidad. Hace año y medio hubiera firmado la cuarta plaza. No me lo hubiera creído.

Pero volvemos a hablar de subjetividad en la gimnasia.

Creíamos que con las jueces neutrales sería todo más objetivo. Pero al final la campeona del mundo durante todo el ciclo olímpico ha sido Italia, y eso ha pesado en el último momento.

¿Cómo se explica eso?

En nuestro deporte cuentan mucho el nombre y los años que estás arriba. Necesitas unos años de nivel para que te respeten y puedas acceder al podio. Lo nuestro ha sido en tiempo récord. En menos de un año pasamos de no contar para ir a los Juegos, a optar a una medalla. Les ha faltado el valor de darnos lo que nos merecíamos, por este tiempo tan corto. Si seguimos manteniendo este nivel, podremos hacerlo en años próximos.

El salto desde Pekín ha sido muy grande.

Sí, ha sido muy importante. En Pekín tuvimos un fallo muy grande y quedamos undécimas, aunque en 2007 habíamos sido quintas en el Mundial. Allí sabíamos que el podio era inaccesible, por eso cambiamos los dos ejercicios y arriesgamos al máximo.  Ahora ha sido distinto. Sabíamos que estábamos cerca del podio.

Tampoco les acompañó el sorteo del orden de actuaciones.

Por sorteo salíamos quintas. Lo que hicieron mal, por eso nos quejamos, fue cambiar el orden del segundo aparato, que tendría que haber sido el mismo del primero. En el segundo la rotación empezó desde el quinto, lo que nos perjudicó. Porque las chicas se estaban poniendo el maillot y ya nos estaban llamando. Hasta los voluntarios se extrañaban.

¿Servirá este cuarto puesto para sembrar de cara al futuro?

El aspecto positivo es que nos están considerando, estamos entre las mejores. Hay que mantener el nivel, vamos a seguir con las mismas gimnastas y hay otras nuevas que hay que preparar.

¿Por qué veía los ejercicios al otro lado de la valla en la grada?

A veces pasa, en algunas competiciones solo dejan pasar a dos personas. Lo que nunca habían exigido es que fueran una entrenadora y un médico, como aquí. Intentamos cambiarlo, pero no nos dejaron. Y claro, tenemos nuestro ritual, por el cual la seleccionadora se coloca a un lado, yo a su derecha  y la suplente a mi derecha. Se nos ocurrió que yo bajara a ese lado de la grada. Les di pines a los de la organización para que me dejaran estar ahí todos los días y lo conseguí.

¿Qué se les dice a las gimnastas antes de sus ejercicios?

Los dos primeros días transmitimos tranquilidad, porque el objetivo era pasar a la final y lograr el diploma. Así que les decíamos que tuvieran la cabeza fría, que estuviesen tranquilas, atentas al aparato. Nuestro equipo tiene tanta fuerza, que no les podemos dar más, para que no se pasen de energía. A veces ha pasado que se despistan, dicen que querían hacerlo tan fuerte que se les escapa el aparato. Por eso les pedimos calma. Y en la final al contrario. Les dijimos, hoy a darlo todo, a disfrutar. Pasara lo que pasara, teníamos el diploma.

¿Qué piensa una entrenadora en esos 2:30 del ejercicio?

Se pasan nervios, se me hacen largos. A veces terminan y les tengo que preguntar si lo han hecho bien, porque estaba pendiente de que cojan el aparato.

¿Qué hacen en ese día entre las clasificatorias y la final?

[Risas] Entrenar. Nuestro deporte es entrenar y entrenar. Tuvimos dos días de entrenamientos oficiales en la misma pista. Luego dos días de competición, entrenando también por las mañanas. Yla víspera de la final, dos entrenamientos asegurando elementos. Estaban cansadas, pero con la motivación de la final olímpica eso ni se nota.

¿Lloró mucho?

En la final sí, por rabia. No me lo podía creer. Desde que vi el fallo de Italia hasta que salió la nota se me hizo larguísimo. Porque los que estábamos en la grada nos veíamos con la medalla. Me decían que sí y yo decía, esperad, esperad. Y vimos la nota...

¿Y las chicas?

Ellas estaban felices con su cuarto puesto. Sí que sentían esa rabia, pero también es algo a lo que estamos acostumbrados, no es algo nuevo. En ese momento todo el mundo te viene, te felicita y te dice, la medalla era vuestra. Y llegan los periodistas y te lo dicen, que las chicas habían estado bien, que la medalla... Pero creo que más rabia tuvimos las entrenadoras que ellas, que lo habían hecho bien y estaban contentas. Y una cuarta plaza es mucho.

¿Qué es lo más bonito que les han dicho?

Lo mejor es el respeto de la gente, que les haya gustado nuestro trabajo. Nos llegaron mensajes, también de fuera de España, incluso de los países del podio. Hasta una italiana me lo ha dicho, que el bronce era nuestro...

Hubo grandes audiencias.

Claro. Es uno de los deportes más practicados en España, y de más afición. En el pabellón de Londres había muchísimos españoles, todo lleno de banderas, parecía que estábamos aquí. Muchos españoles se quedaron fuera, llorando por no poder entrar.

¿Qué falla?

Que nos hagan caso, no solo en el año olímpico. Porque la gimnasia rítmica se ve mucho, hay mucha afición en España. Y en las audiencias se ve, eso no falla. Fallan patrocinadores, publicidad, etc... Y volvemos de los Juegos y luego otra vez solo hay fútbol. Que a mí también me gusta, pero no es eso. Al día siguiente de venir, me dio rabia, ya solo se hablaba de si uno se había cortado el pelo... Porque en España hay grandes deportistas en todos los deportes y hay que valorarlo. Y todos tenemos muchísimos menos medios, menos dinero...

¿Le gustó más Pekín 2008?

A Londres fuimos más tarde y en Pekín estuvimos desde una semana antes. Pero es verdad que no han tenido nada que ver con la grandiosidad de Pekín. Allí quisieron demostrar: somos China, tenemos poder y queremos que el mundo lo vea. Londres fue al revés: somos Londres y no necesitamos nada más. No es que hayan estado mal organizados, pero no han tenido nada que ver. Va a costar que haya otros iguales.

Al menos difrutaron de la ceremonia de clausura.

En la clausura sí. Fue un día de locura. Acabamos la final, con todo lo que pasó y cuando te da el bajón de después de la competición, nos fuimos al hotel a hacer la maleta, de ahí a la Villa Olímpica, directamente a la clausura y después nos recogieron a las cinco de la mañana. No pudimos ni comprar un pin.

La ropa más vendida, la española.

Tanto que se criticó aquí, carísima y agotada. Todos los voluntarios querían cambiarnos las camisetas. Y nos decían que era la ropa que más les gustaba. Amigas mías que viajaron desde Palencia al principio me decían: mándanos fotos con la ropa, que es muy fea. Yluego han vuelto de Londres con camisetas, chándal, mochila... Nos dieron muchísimas prendas y al final regalas muchas, como recuerdo.

¿Qué tal con Anna Baranova?

Muy bien. Es como mi madre de la gimnasia. El ciclo pasado estuve con ella, luego volvimos las dos. Cuando eres gimnasta aprendes de todas las entrenadoras, en mi caso de las que tuve en Palencia y el equipo nacional. Pero ahora para mí es la más. Me ha enseñado muchísimas cosas. Tiene muchísima experiencia, estuvo de seleccionadora en la URSS y tiene un currículum muy importante. No se ha quedado estancada, ha viajado por todo el mundo. Ya lleva diez años en España y dice que es española.

Es un encanto como persona, muy dulce, trata muy bien a las gimnastas y a mí. Tengo que decir que en otros países está la seleccionadora y las otras entrenadoras, que a veces son las que entrenan al conjunto la mayor parte del tiempo y de cara al público solo aparece la seleccionadora. En nuestro caso entrenamos las dos y tengo que agradecerle que sea diferente, ella no quiere aparecer sola, nos llaman para alguna cosa y siempre me dice, tú conmigo, o me dice que vaya yo. Eso se lo tengo que agradecer.

¿Y tras los Juegos qué?

Tenemos que valorar las gimnastas que tenemos, tenemos que mirar gimnastas nuevas de cara al nuevo ciclo. No son los Juegos y ahora se para todo, esto continúa. Estamos luchando con el CSD para que nos dé alguna plaza más, para preparar gimnastas nuevas. Porque las seis del conjunto quieren seguir, pero no sabes, tienen una edad, llevan tiempo en el equipo, ahora están motivadas pero luego igual pasan uno o dos años y ven lejos Río y al final no quieren continuar. Tenemos que tener gimnastas preparadas para saltar al equipo titular. Y empezaremos con las nuevas coreografías, porque el Mundial de Ucrania es en un año.

Aparte de la gimnasia rítmica, también está vinculada al equipo de artística.

Llevo las coreografías de suelo y calentamientos. Cuando no estaba en el conjunto tenía más tiempo, luego lo he ido compaginando. Les he ayudado un poco en el tema de la expresión.

Sigue hasta ‘Río 2016’.

La Federación, el Consejo Superior de Deportes y el Comité Olímpico nos han ayudado mucho y en principio, seguimos hasta Río. Y ojalá salga también Madrid 2020, que es lo que puede salvar al deporte español. Porque nos están recortando por todos los lados. Y nos han dicho que nos van a recortar para el año próximo. ¿Y qué vamos a hacer? Nuestros maillots están valorados en unos 1.000 euros, entre los viajes y todo no sacas dinero. Espero que con este cuarto lugar logremos más invitaciones a pruebas de la Copa del Mundo. A lo mejor no nos pagan todo, pero la estancia o el hotel, sí, y eso nos va a ayudar.

Por ejemplo este año para los Juegos, los maillots los pagaba el COE y este año dijo que no. Y no queríamos sacar el mismo del año pasado, nos gusta sorprender también con el vestuario. Yla Federación no está para estos gastos, así que puso de su parte consiguiendo un patrocinador de piedras de Swarovski. Eso es mucho dinero que te quitas para la confección del maillot. Y las gimnastas dijeron que todo el dinero que ganamos por los podios de las Copas del Mundo, que en vez de para ellas lo usáramos para los maillots. Así que todo el mundo puso de su parte para que las chicas se lucieran en Londres.