La presidenta de las Cortes de Castilla y León y, por ende, de la Fundación Villalar, María Josefa García Cirac, recogió ayer el premio Por un Mundo Rural Vivo que cada año entrega el Instituto de Desarrollo Comunitario de Castilla y León, como «un acicate para seguir desarrollando  el sentimiento de pertenencia a esta Comunidad». Así lo afirmó en el acto que tuvo lugar ayer en el Ayuntamiento de Carrión de los Condes.

García Cirac hizo una defensa de «los municipios del medio rural de Castilla y León», sin los que  a su juicio no se entendería la Región, en unos momentos en los que se ponen todos los focos en la organización territorial con la agrupación de municipios y la reducción de las competencias de las comunidades. «Desde que en 1978 se reconoció el derecho a la autonomía, es indudable que Castilla y León ha prosperado gracias a su ordenación territorial. La Autonomía ha significado bienestar».

Igualmente agradeció que se distinga el trabajo conjunto «de los pequeños y medianos municipios».

La presidenta de la Fundación Villalar afirmó, a la hora de recoger el premio, que es consciente de «los momentos difíciles que vive el mundo rural y se recoge el galardón con la pretensión de seguir trabajando para estar cerca de todos y cada uno de los pueblos y habitantes del mundo rural. Hay que poner en valor el rico patrimonio cultural y natural que existe, al tiempo que debe reconocerse la pujanza de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria», explicó.

No eludió García Cirac la responsabilidad de la Fundación que preside y afirmó que vienen «tiempos de cambios y en Castilla y León hemos demostrado sobradamente que estamos a la altura de las circunstancias en los momentos clave. De este modo, acometeremos las reformas necesarias en la Ordenación del Territorio que permitan eliminar las duplicidades en la prestación de los servicios, redefinir el papel de las Diputaciones Provinciales y obtener la colaboración y coordinación entre municipios».

La presidenta de las Cortes de Castilla y León y de la Fundación Villalar insistió en el compromiso que supone recibir un galardón como éste. «El premio que se nos ha concedido lo recibimos como una llamada que nos hace el Instituto de Desarrollo Comunitario de Castilla y León,  para que nuestros ojos no dejen de mirar al mundo de los pequeños municipios. Tenemos el propósito de colaborar en este esfuerzo colectivo y, hoy más que nunca, solidario que es Castilla y León y que son los castellanos y leoneses». Igualmente, resaltó que esta Fundación seguirá potenciando un «acercamiento al máximo número de localidades y ciudadanos de la Comunidad, fundamentalmente al mundo rural, para dejar constancia del futuro prometedor de que se puede construir en los pueblos»

El objetivo, apuntó, es «mantener el bienestar y la calidad de vida de los habitantes de los pueblos».
Un objetivo que, como señaló el presidente del Instituto de Desarrollo Comunitario (IDC) de Castilla y León, José María de la Cuesta, la Fundación comparte con IDC . «Trabajaba para conseguir lo mismo que nosotros: un mundo rural más vivo».

Instituciones. María Josefa García Cirac no estuvo sola a la hora de recoger el galardón que ya tienen dos ex presidentes de la Junta de Castilla y León, varios escritores (entre ellos Miguel Delibes) y alcaldes de municipios como Villalar o Soria, todos ellos por su potenciación del mundo rural.

Estuvieron presentes el delegado del Gobierno en Castilla y León y hasta hace apenas unos meses vicepresidente de las Cortes y de la Fundación Villalar, Ramiro Ruiz Medrano (ya recibió en su día este premio como presidente de la Diputación de Valladolid); el delegado de la Junta en Palencia, Luis Domingo Miguel; la vicepresidenta de la Diputación provincial, Carmen Fernández y el presidente del Consejo Regional de Cámaras, Vicente Villagrá, entre otros.

La entrega del premio se llevó a cabo en Carrión de los Condes porque, como aclaró De la Cuesta,  en la villa palentina se dan varios condicionantes: «Está en Tierra de Campos, una comarca rural que sobrepasa las provincias, en pleno Camino de Santiago y está repleta de patrimonio artístico. Cuando se propuso, no hubo dudas».