Con la mirada puesta en la Fed

AGENCIAS
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La previsible subida de los tipos por parte de la Reserva Federal de EEUU podría afectar más al mercado exterior que al norteamericano, con serias consecuencias para otros países

 
A pesar de que lleva retrasándolo varios meses, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tiene previsto aumentar los tipos de interés antes de que acabe el presente año, un movimiento que llevará a cabo dependiendo de los avances de su economía y que no solo afectará a su mercado, sino a todas las finanzas mundiales. 
Todo apunta a que la actuación tendrá lugar en los próximos meses. De hecho, el organismo que dirige Janet Yellen ya instó hace unos días a ocho grandes bancos norteamericanos - Bank of America, Bank of New York Mellon, Citigroup, Goldman Sachs, JPMorgan Chase, Morgan Stanley, State Street y Wells Fargo- a incrementar sus capitales, de manera que puedan estar mejor preparados para las crisis y así no poner en riesgo al resto del sector financiero. De este modo, hasta 2019, estas firmas deberán subir sus reservas en hasta un 4,5%
Entre los sectores que más sufrirán las consecuencias de este cambio de política monetaria por parte de la Fed, que no se había producido en casi una década y se estima que tenga lugar con la llegada del otoño, se encuentran las economías emergentes, menos preparadas que las propias empresas y familias estadounidenses, según un análisis realizado por Price Waterhouse y publicado recientemente. Pero también hay otros puntos sensibles a este incremento.
 
Economías emergentes
 
El papel del dólar como moneda de reserva mundial implica un gran impacto global de las decisiones monetarias. Este hecho, unido a que muchas economías emergentes hayan recurrido a la emisión de deuda con un dólar bajo para financiar grandes proyectos, hace que sean el sector más sensible. 
El informe de Price Waterhouse sitúa a Turquía como un país «especialmente vulnerable», junto a Brasil e Indonesia, que podrían sufrir duros reveses.
 
Empresas
 
La crisis económica ha provocado que la mayoría de las compañías estadounidenses haya cambiado su estructura financiera, facilitando su camino ante las decisiones de la Reserva Federal. La prueba está en que la deuda de las firmas norteamericanas ha caído desde un 73% del PIB en 2008 al 69% en la actualidad. 
En líneas generales, los analistas consideran que el impacto dependerá del perfil de vencimiento de su deuda y afectará al posible encarecimiento de los bienes y servicios si se produce una subida del dólar.
 
Familias
 
Al igual que las empresas, el texto resalta que los ciudadanos estadounidenses se han adaptado a la crisis y durante los últimos años han reducido su nivel de endeudamiento y su dependencia a los créditos, por lo que también parecen estar bien preparados ante los cambios. 
Tampoco se verían afectadas gran parte de las hipotecas, ya que la gran mayoría, un 83%, están sujetas a intereses fijos.