El periodista saudita Jamal Khashoggi fue objeto de un «brutal y violento asesinato» en el interior del consulado árabe en Estambul en un crimen que fue «planeado y prmeditado». Estas son las conclusiones de los investigadores turcos hechas públicas ayer por el presidente otomano, Recep Tayyip Erdogan, quien, a su vez, reclamó al rey Salmán que permita que los 18 detenidos hasta ahora por este suceso sean juzgados en la nación euroasiática y no deportados a Riad.

«El incidente no fue algo momentáneo», sino «resultado de una operación planeada», defendió Erdogan, subrayando que 15 sauditas expertos en Inteligencia, seguridad y forenses llegaron de forma apresurada a Estambul en las horas previas a que Khashoggi llegara a la sede diplomática. 

Según el repaso pormenorizado del dirigente de cómo se desarrollaron los hechos entre el 28 de septiembre, cuando el reportero acudió por primera vez al consulado para tramitar unos documentos y le citaron para el 2 de octubre, y el 19 de octubre, cuando finalmente Arabia Saudí reconoció que el periodista había sido asesinado en las dependencias diplomáticas. 

Erdogan lamentó que Riad tardara tanto tiempo en permitir el registro de la delegación y criticó el comportamiento del cónsul. «Puede que el asesinato se haya producido en el interior del consulado, que es considerado suelo saudí, pero no se debe olvidar que está dentro de las fronteras de Turquía», censuró.