No ha sido, en esta ocasión, un desperfecto derivado de ninguna acción vandálica. Nadie ha roto de manera intencionada el cristal que protegía los restos aparecidos en la, recientemente, bautizada como plaza de La Compasión. «Ha sido un accidente del que se hará cargo el seguro», tal y como ha indicado el teniente de alcalde y concejal de Hacienda, Carlos Sierra. Y es que, el hecho de que la calle Modesto Lafuente esté cortada debido a las obras que se están ejecutando para reparar el tejado de la capilla del antiguo colegio de las monjas, obliga a que algunos vehículos, sobre todo los que realizan las funciones de carga y descarga, tengan que atravesar esta zona peatonal para salir por la calle Pesquera. Fue de esa forma como un camión pasó sin darse cuenta por encima del cristal y lo hizo añicos, rompiendo un material macizo que, difícilmente, podría haber sido destrozado de otra forma.