El Real Madrid sumó ayer su segundo revés en la pretemporada después de caer por 1-0 ante la AS Roma, en un partido correspondiente a la International Champions Cup donde evidenció que aún le falta mucho rodaje y en el que siguió echando de menos un mayor acierto ofensivo.

 Tras el estreno del pasado sábado en Los Ángeles, donde cayó en los penaltis ante el Inter de Milán, el conjunto de Carlo Ancelotti tampoco mostró su mejor nivel, pese a poner en liza en el Cotton Bowl de Dallas un once con ya 10 jugadores de la primera plantilla, entre ellos Xabi Alonso o Luka Modric. Sin embargo, como ante el bloque interista, el cuadro blanco no aprovechó su dominio de la primera mitad y, entre los cambios y el bajón físico, terminó perdiendo gracias a un gol del ‘eterno’ capitán ‘giallorosso’, Francesco Totti, al comienzo del segundo acto.

 De este modo, y a falta de que dispute su partido del próximo sábado ante el Manchester United en Michigan, el actual campeón de Europa quedó ya eliminado de la International Champions Cup, torneo veraniego que había ganado en sus tres últimas ediciones.

El objetivo del bloque ‘merengue’ es llegar del mejor modo posible al primer envite serio del año, la Supercopa de Europa ante un Sevilla que parece que le lleva la delantera en cuanto a preparación. Después de lo visto en los dos primeros encuentros de pretemporada, a los madridistas, que en Dallas vistieron por primera vez con su novedosa equipación rosa, les queda mucho trabajo por hacer, aunque le faltan sus ‘estrellas’ mundialistas que le darán un plus de calidad.

 En cambio, también tiene buenas noticias Ancelotti como son las gratas sensaciones que está ofreciendo el galés Gareth Bale. El de Cardiff sí puede hacer este año la pretemporada y, en estos dos choques, ha sido uno de los más destacados, ofreciendo un atisbo de sus mejores cualidades.

 Por su parte, Isco, nuevamente titular los 90 minutos, no estuvo tan brillante como ante el Inter, sobre todo porque tuvo que jugar muchos minutos de ‘falso 9’, una posición en la que no se termina de encontrar cómodo.

Así, el Real Madrid dominó cómodamente la primera parte. La Roma apenas inquietó el estreno en la pretemporada de Íker Casillas, con lo que el cuadro blanco pudo evitar encajar un gol, mejorando en defensa respecto a la derrota ante el Inter. De todos modos, Bale pudo hacer el 1-0, pero no acertó a rematar correctamente un buen pase del canterano Lucas Vázquez desde la derecha.

 Pese a su dominio, el conjunto español no tuvo su mejor oportunidad hasta los compases finales. Vázquez, muy voluntarioso y con ganas de agradar a Ancelotti, enganchó un buen disparo dentro del área, pero Skorupski realizó una gran parada. El rechace le cayó a Pepe, pero Benatia se cruzó rápidamente para evitar el tanto del defensa portugués, que tuvo un choque ajetreado por su roce inicial con Keita.

humedad y cansancio. En la reanudación, el técnico de Reggiolo dio paso a los cambios, y el paso de los minutos y la humedad (el partido se tuvo incluso que detener en la primera parte) hicieron mella en las filas del campeón de Europa, que dejó de visitar las inmediaciones del área romanista. Con más espacios, la Roma pudo crecer y Totti emergió para sentenciar.

 El capitán hizo un movimiento inteligente, dejando pasar el balón entre las piernas y la pelota terminó llegando a Florenzi que lo envió con precisión a la llegada del veterano jugador de 37 años que no perdonó la pasividad de la defensa rival para batir a Diego López. Ljajic pudo poner el 2-0 poco después y el Real Madrid apenas tuvo frescura para intentar salvar al menos el empate.

Al final, con el duelo aún en juego, volvieron a saltar espectadores al terreno de juego, tal como sucediera ante el Inter, y los de Ancelotti acababan perdiendo el choque. Segunda derrota en dos partidos, en los que se ha visto a un equipo ordenado, pero al que se le nota que le falta gol, lo que no debería ser motivo de preocupación viendo la artillería pesada que tiene el Real Madrid en el banquillo.

La siguiente cita blanca será el sábado, en el estadio de la Universidad de Michigan, ante el Manchester United.