Andalucía, la cantera del PSOE con la que sueñan PP y CS

PILAR CERNUDA
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Lo que suceda en las urnas el 2 de diciembre en la región que lidera la socialista Susana Díaz será clave también en el ámbito nacional, ya todos los partidos intentarán 'pescar' votos para llegar, o quedarse, en La Moncloa

En el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, Susana Díaz y su equipo no paran de hacer cuentas y analizar los sondeos. También lo hacen los responsables del PP, con Juanma Moreno a la cabeza, en la sevillana sede de la calle de San Fernando; y Teresa Rodríguez en Cádiz; y lo hace con más ansiedad Albert Rivera en la sede nacional de Ciudadanos al lado de la plaza de toros de Las Ventas que Juan Marín en la sede andaluza cercana al campo del Sevilla. Las elecciones del 2 de diciembre no han pillado de sorpresa, todos tienen los deberes hechos, las listas de candidatos más o menos resueltas, las campañas esbozadas y contactados los líderes nacionales que más gustan a los andaluces para que se sumen a las caravanas electorales.

Todo está abierto, nada es tan simple como ver si PP y Cs suman más votos que PSOE y Adelante Andalucía, la coalición creada por la podemita -¿o expodemita?- Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, de Izquierda Unida, con partidos minoritarios de izquierdas. Aunque en el PP están convencidos de que Cs llegaría a un acuerdo con ellos tras las elecciones si consiguen la mayoría suficiente, en las filas socialistas no descartan que los naranjas puedan volver a acercarse a los socialistas una vez se celebren las elecciones. Comicios que, si se mantiene la posición de Rivera a lo largo de estos dos últimos años, cuando decía que en futuras elecciones no se quedaría al margen de los gobiernos que apoyara, tanto en el ámbito nacional como los regionales y locales, podría significar que los candidatos de Ciudadanos podrían asumir, al fin, responsabilidades de gestión, a lo que se han negado hasta ahora en toda España alegando que querían aprovechar esta legislatura para adquirir experiencia.

En el equipo de Pablo Casado ni se plantean que Cs pueda volver a pactar con el PSOE. Es más, sus encuestas dan ahora mismo vencedor a los socialistas, con el PP en segunda posición seguido de Cs y, bastante más atrás, Adelante Andalucía; pero confiesan que si se produjera sorpasso, que Cs se pusiera por encima del PP, ellos asumirían que «tocaba» apoyar a ese Gobierno de Cs para aprovechar «la oportunidad histórica de acabar con el eterno mandato socialista en Andalucía», frase pronunciada por un dirigente popular. Piensan que esa misma posición la mantiene Ciudadanos si se produjera la situación contraria, que apoyarían un Ejecutivo del PP, en segunda posición, si entre los dos partidos sumaran mayoría absoluta «porque de no hacerlo sus votantes no le perdonarían que volvieran a permitir un gobierno de izquierdas socialista-podemos tal como ha sido la gestión de Díaz». Sin embargo, nada está formalmente hablado y mucho menos escrito. Nada se puede predecir sobre dónde se va a posicionar Ciudadanos y no se puede descartar que, si Rivera lo considera conveniente para su partido, pudiera apoyar nuevamente a Díaz para apuntarse el tanto de que bloquea la posibilidad de que los andaluces acaben con Podemos en el Gobierno regional.

EL ‘TIRÓN’ DE ARRIMADAS. El escenario es endiablado por las muchas combinaciones posibles para formar gobierno en función de los resultados. Si PP y Cs suman suficiente para crear un equipo de centro derecha que desaloje al PSOE, es lógico aceptar que sea la segunda fuerza la que ocupe el despacho presidencial de San Telmo. Y aunque en estos momentos Ciudadanos ocupa la tercera posición en los sondeos, cuenta con un factor muy potente para intentar el asalto a la segunda plaza: Inés Arrimadas, una política con fuerza, con personalidad, con carisma, que gusta incluso a quienes no quieren saber nada de Ciudadanos y de Rivera... y que es andaluza. Andaluza que ejerce, que viaja a menudo a esa región en la que viven sus padres y que, en cuanto pisa su tierra de origen, recupera su acento andaluz y expresa su preocupación por los problemas de lo que considera su gente. Juan Marín es un candidato gris que no ha destacado, pero la personalidad de Arrimadas es arrolladora. Rivera, por supuesto, participará en la campaña tanto o casi como su candidata catalana, pero la fuerza, será la que despliegue ella.

También el PP andaluz entiende que será el líder nacional el que pueda captar mayor número de votos. Pablo Casado va a permanecer casi toda la campaña en Andalucía, con caravana propia, los miembros de su ejecutiva más relevantes y algunos dirigentes regionales, como Núñez Feijóo, que es el político al que más llaman los candidatos del PP de toda España cuando se enfrentan a unas elecciones. Es más que probable que participe de forma activa Fátima Báñez, andaluza de origen y de corazón, que no acaba de integrarse en el círculo de Casado aunque mantiene una buena relación personal con él. Pero las luchas políticas a veces separan a amigos y a colaboradores.

Habrá que estar pendientes de cómo se desarrolla la campaña de Teresa Rodríguez, muy distanciada de Pablo Iglesias y que ha ganado todas las confrontaciones de partido con la dirección nacional. 

RIVALES EN UN MISMO PARTIDo. Díaz ha elegido la fecha electoral y en buena ley hay que deducir que lo ha hecho porque cree que es el mejor momento para ella. El desgaste de Sánchez le perjudica, que sus apoyos sean Podemos y los independentistas, que dos ministros se hayan visto obligados a dimitir y que la situación de la ministra de Justicia sea un escándalo para todo el mundo excepto para el presidente.

Sánchez participará en la campaña lo indispensable, las relaciones con Díaz son inexistentes, solo se hablan cuando coinciden en algún acto público. Pero Díaz no puede olvidar que en las primarias, con Sánchez como rival, el madrileño logró el 30 por ciento de los votos andaluces... Y no sabe si en las autonómicas esos votos irán para el PSOE siendo ella candidata, o apara la abstención.

Por otra parte, Díaz tiene también sus propios fantasmas: el caso de los ERE o de los fondos de dinero público de la Faffe le afectan menos de lo que gustaría a la oposición, porque ella no ocupaba altos cargos cuando se produjeron los hechos hoy investigados; pero en cambio le afecta el malestar que provocado por la mala gestión de su Gabiente en Sanidad y Educación.

El 2 de diciembre hay elecciones en Andalucía. El resultado es impredecible, pero las consecuencias las conoce todo el mundo: si Susana Díaz pierde el Gobierno, se resentirá fuertemente el voto socialista nacional, fundamental para que Sánchez se mantenga en La Moncloa cuando se celebren las generales. Andalucía es todavía la principal cantera del PSOE… cantera con la que sueñan PP y Ciudadanos. Y ésta es su oportunidad para hacerse con ella.