Una guía de excepción

A. Benito
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Piedad Rozas se ha convertido en la primera persona en 23 ediciones en visitar diariamente la exposición Edades del Hombre

Una guía de excepción

Nunca, en 23 ediciones, la Fundación Edades del Hombre se había encontrado con un caso como el de Piedad Rozas. Ninguna de las exposiciones había recibido la visita diaria de nadie y, por supuesto, jamás el equipo de la sacra muestra se había topado con una persona que quisiera pagar religiosamente (y nunca mejor dicho) su entrada día tras día.

Piedad vive a escasos 30 metros de la colegiata de San Miguel Arcángel y el hecho de que la iglesia parroquial de Aguilar haya acogido durante los últimos meses la exposición Mons Dei, no ha mermado ni un ápice su costumbre de entrar a rezar al templo que da forma y carácter a la plaza de España. No buscaba notoriedad, y por ello su historia no se dio a conocer hasta que el lunes el secretario general de la Fundación Edades hizo referencia a ella.

«Muchas han sido las voces que han dicho que esta ha sido la mejor muestra construida, pero yo prefiero recordar esta edición en la persona de una vecina, precisamente, de Aguilar. En la señora Piedad, a la que hoy damos las gracias por la visita que nos ha hecho durante todos los días de la exposición. Y porque cuando le decíamos que no tenía que coger entrada, ella repetía la misma frase: quiero colaborar con Las Edades, con esta propuesta que me ha permitido conocer nuevas imágenes y seguir rezando en mi iglesia», indicó Gonzalo Jiménez.

«Impresionado» se mostró también José Rodríguez Sanz-Pastor, quien al concluir el acto de clausura de Mons Dei, se acercó a Piedad para agradecerle su fidelidad. «Nunca jamás, nadie había hecho algo así», aseguró el representante de la Junta. Ella, por su parte, restó importancia al hecho y manifestó su «satisfacción» por haber podido colaborar con esta iniciativa que le ha convertido, probablemente, en la mejor conocedora de la exposición que a lo largo de los últimos meses ha acogido Aguilar de Campoo. Algunos de los presentes incluso bromearon con la posibilidad de que Piedad se haya convertido en la mejor guía de la muestra.

Y es que, aunque sus piernas mayores y cansadas no le permitieran recorrer la exposición todos los días, no cabe duda de que algunas de las piezas se habrán quedado para siempre en la memoria de una mujer que pasará a la historia del proyecto artístico desarrollado por la Iglesia de Castilla y León como la visitante más constante de todas las ediciones, y eso que ya van 23. Una persona a la que, probablemente y tras el cierre de la muestra, echará mucho de menos el equipo de guías que, desde mayo, se ha encargado de acercar el ciclo expositivo a los turistas y vecinos de la localidad norteña.

No acabaron ahí los agradecimientos y es que la alcaldesa de Aguilar, María José Ortega, señaló a esta fiel visitante de Las Edades como el «mejor ejemplo» de lo que son los aguilarenses y de cómo se sienten los vecinos de la villa galletera después de haber vivido un «año redondo».

IN EXTREMIS. Como contrapunto a la actuación de Piedad, entre los vecinos de Aguilar también ha habido quién ha visitado la muestra in extremis. Es el caso de Leticia Caballero y Laura García, dos jóvenes que entraron a Mons Dei el domingo a las 18,30 horas. «Queríamos ver la exposición, pero como suele pasar, al tenerla tan cerca, lo fuimos dejando hasta el crítico día», apunta ambas.

Finalmente, sacaron un hueco y se acercaron a Santa Cecilia y la colegiata antes de que la muestra cerrara sus puertas de forma definitiva, dejando patente aquello de que los españoles lo dejamos todo para el último momento.

Menos suerte tuvo una turista que, el lunes, durante la clausura de Mons Dei, se acercó a los representantes institucionales congregados a la puerta de la colegiata para preguntarles si aún podía visitar la exposición. Quizá, el próximo año en Lerma tenga un poco más de fortuna.

 

FOTO: BRÁGIMO (ICAL)