Más que suficientes méritos

David del Olmo
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Santiago Guerrero y Jorge Alonso ingresarán antes de que termine el año, en la Real Orden del Mérito Deportivo, con la categoría de Medalla de Bronce • Juntos lograron siete medallas en Campeonatos del Mundo y tres en Europeos

Más que suficientes méritos - Foto: dp

En el mes de septiembre de 2010, nada más acabar la prueba del k-2 masculino del Campeonato del Mundo de maratón de piragüismo, en el gerundense Lago de Bañolas, donde Jorge Alonso, por primera vez tras más de una década sin su compañero de toda la vida Santiago Guerrero, acababa de obtener junto al local Albert Corominas la medalla de plata, un periodista preguntaba al palentino por el cambio de compañero.

«¿El cambio de compañero? ¡A mejor, no hay más que verlo!», saltaba Santi, que había estado presente, apoyando a su amigo en un día importante.

DIFÍCIL DE SUPERAR. Las espontáneas palabras de Santiago (solo bromeaba, por supuesto, compartiendo un momento de alegría, tras la tensión con la que había vivido la prueba -con muchos más nervios que en sus propias participaciones en las citas mundialistas- desde fuera, como reconocía posteriormente también) se alejaban de una realidad que habla de un dúo de palentinos que lo ha ganado prácticamente todo en el deporte que tanto aman a lo largo de más de una década compartiendo largas jornadas de entrenamiento y competición por las aguas de medio mundo.

Jorge y Santi, más joven el primero (el que palea -todavía lo hacen juntos de vez en cuando- delante), del año 77; detrás Santi, más veterano, nacido en el 74. Entre el nacimiento de uno y el del otro se creó el Club Palentino de Piragüismo, que de sus manos y de otras muchas se ha hecho grande en estos casi 37 años.

Ambos destacaron pronto, Santiago se colgó un par de medallas de bronce en el Campeonato de España, primero en el cadete de 1989, luego en el juvenil del año siguiente. Y en 1991 era Jorge el que en Sevilla, en el Campeonato de España de Invierno, subía a lo más alto del podio.

Con esos mimbres se construiría una de las más longevas (sino la que más), sólidas y apreciadas embarcaciones del panorama internacional de los años 2000. Dos campeones unidos para disfrutar del deporte, del contacto con la naturaleza y obtener grandes gestas para su deporte y para el de Palencia.

10 GRANDES MEDALLAS. Han sido casi incontables las victorias y los podios conseguidos desde 1995 (Jorge era aún juvenil), cuando se montaron juntos por vez primera en un k-2 y participaron en los descensos del Sella, Velilla del Río Carrión, Alar del Rey y Torquemada.

Una undécima plaza en el río asturiano ya hablaba muy bien de esta pareja que paleaba a la estela de sus paisanos norteños Juan Carlos López Villalobos y Luis Miguel Medrano, vencedores un año antes en el emblemático descenso internacional. Guerrero y Alonso tardarían una docena de años en emular a los alarenses, pero lograrían que el Sella hablara palentino (excepción hecha, claro está, de otra grande, la velillense Mara Santos, que ostenta el récord de victorias selleras) de nuevo en 2007.

En la prueba de Torquemada que se celebró aquel año en las aguas del Pisuerga, ya cosecharon el primer triunfo de un palmarés que siguió creciendo desde entonces. En cuatro años ya representaban a España en un Campeonato de Europa, en el de Gorzow (Polonia). Tras los dominadores del Sella (ganaron de forma consecutiva desde 1998 hasta 2001), Julio Martínez y Rafa Quevedo, y de los húngaros Attila Jambor (una leyenda del piragüismo mundial) y Viktor Szakaly, se colgaban su primera gran medalla internacional, un bronce que repetirían en 2003 (de nuevo en tierras polacas, en Gdansk) y en 2007 (Trencin, Eslovaquia). Tres bronces continentales, en una cita que no les ha sido demasiado propicia pese a todo.

Aunque claro, esos tres metales se quedan pequeños ante la cosecha mundialista (la máxima cita para los maratonianos, a los que se les niega la merecida categoría olímpica que sí tienen las distancias más largas del atletismo, la natación o el ciclismo, sin duda mejor defendidos federativamente en el ámbito internacional). Porque esta pareja ha sumado nada menos que siete podios en el Campeonato del Mundo.

En su primera aparición, en 1999, los húngaros Jambor y Szakaly ganaban en su casa (se celebró en Györ) y tras ellos se clasificaban los palentinos. Apenas un suspiro les separó del oro (2:24’52’’88 de los ganadores, por su tiempo de 2:24’53’’43) después de 36 kilómetros de cerrada lucha. En la segunda participación, al año siguiente en Dartmouth (Canadá), nadie pudo con ellos. Se colgaron la medalla de oro, convirtiéndose en campeones del mundo, su mayor éxito internacional. Ya habían ganado en la preparación la Copa del Mundo de la ciudad británica de Stockton por delante de Martínez y Quevedo. Y en la cita canadiense volvieron a vencer, esta vez por un margen mucho menor (menos de dos segundos separaron su oro del bronce de los portugueses Marcio Pinto y Miquel Gomes, con el otro k-2 español entre ambos).

Y en 2001 completaron el póker de metales en un Mundial, en Stockton de nuevo, esta vez con el bronce. Habían ganado la Copa del Mundo de Zamora (igual que Mara Santos, campeona mundial lo mismo que ellos en 2000), pero en el Campeonato del Mundo las parejas noruega y checa fueron más rápidas en la meta. Mara también fue bronce en damas k-1.

En 2002 y 2003 el Mundial se celebró en casa, primero en Zamora (mermado Jorge, con problemas físicos, fueron novenos) y luego en Valladolid (otro bronce). En 2002 también se habían adjudicado la medalla de plata en la Copa del Mundo de Kungalv (Suecia).

Tras un 2004 donde pagaron una cacicada federativa con ausencia de Bergen (Noruega) tras su bronce en la prueba de la Copa del Mundo de Tremolat (Francia); volvieron por la puerta grane en 2005 con el bronce mundialista en Perth (Australia) tras la plata en la Copa del Mundo de Crestuma (Portugal).

En 2006 serían cuartos en Tremolat, aunque ese año no se fueron de vacío en citas internacionales, ya que ganaron la Copa del Mundo de Zamora. Igual que se llevaban la primera cita de la Copa del Mundo de 2007, en tierras danesas (Skanderborg). Y la plata en el Mundial de Györ, tras Manuel Busto y Oier Aizpurúa.

En 2008, el penúltimo año juntos, ganaban la primera de las dos pruebas de la Copa del Mundo, en Alemania -Brandemburgo- dentro de un podio enteramente español. Y en el Mundial de Tyn Nad Vltavou (República Checa) solo los magníficos sudafricanos Antony Stott y Cameron Schoeman les superaban en el apretado sprint (apenas un segundo les separó, aunque otro sacaron ellos a los húngaros Attila Jambor y Mate Petrovics).

Y con un sexto lugar en 2009, que casi sabe a poco tras las siete medallas en Mundiales (de carácter anual en estos años), los tres bronces continentales (el Europeo se disputa cada dos años) y los ocho metales en las pruebas de la Copa del Mundo (cada año se celebran, según el calendario, una o dos), sin olvidar todos los éxitos del calendario nacional, que darían para muchas más líneas, Santiago decidió hacerse a un lado de la alta competición. Jorge aún obtendría la plata en el Mundial de 2010 junto al catalán Albert Corominas, este año se ganó el derecho a competir en el Europeo con el madrileño David Rodríguez y aún sueña con un último Mundial este 2013, 14 años después de aquel que casi ganó con su amigo Santi en Györ’99.

REAL ORDEN DEL MÉRITO. Ahora les llega este reconocimiento, tardío vistos los méritos deportivos y humanos que acumulan los dos palentinos y también escaso (entrarán en la Real Orden del Mérito Deportivo en su categoría de Medalla de Bronce) dados sus historiales y los valores que ambos han ejemplificado a lo largo de sus trayectorias.

Pese a ello, Santiago y Jorge recogerán la distinción con agradecimiento, el que corresponde a dos hombres de honor, siempre honrados en el esfuerzo y el sacrificio, leales compañeros, enormes competidores, humildes en la victoria, grandes en la derrota, siempre sinceros y sensatos. Dos deportistas con mayúsculas. Jorge y Santi.