No debió ser nada fácil la vida para los pobladores que ocupaban el norte de Palencia cuando Roma y su poderoso Imperio arrasaron con todo lo que se encontraban por el camino en estas tierras hace más de 2.000 años. De aquellas Guerras Cántabras, la Montaña Palentina conserva grandes tesoros ya hallados y misterios aún por resolver que tienen al castro cántabro de La Loma, en Santibáñez de la Peña, y al Monte Bernorio, en Villarén de Valdivia, como los principales focos de atención para los investigadores y expertos en la materia. Dos asentamientos prerromanos que no dejan de sorprender y sobre los que el arqueólogo Eduardo Peralta lanzó ayer una nueva hipótesis. Tanto el uno como el otro tienen todas las papeletas de ser la ciudad perdida de Bérgida, que fue duramente atacada en el año 26 antes de Cristo, según relatan los historiadores de la época.