El 29 de septiembre entró en vigor en España el Protocolo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la eliminación del comercio ilícito de productos del tabaco, que proporcionará nuevas herramientas para la lucha contra esta lacra.

El contrabando de tabaco no solo genera consecuencias económicas negativas para los estados, sino que también supone un peligro para la salud pública –muchos de estos cigarrillos no pasan por los estándares de calidad– y una oportunidad de oro para las organizaciones criminales que, a su vez, financian otras actividades delictivas.

Bajo este prisma, en marzo de 2011 Diario Palentino se hizo eco de que los responsables de los estanqueros de Burgos confirmaron la entrada de tabaco falsificado y fabricado en China desde Palencia. Y es que pese a que las Fuerzas de Seguridad no tenían constancia ni denuncias al respecto, algo que también ratificó el Servicio de Aduanas de la Agencia Tributaria, la presencia de este tipo de cajetillas en la capital palentina era una realidad y además incluían sustancias nocivas (metales pesados) para la salud.

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