El Madrid vence a medio gas

Agencias / Basilea
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El equipo blanco supera al Basilea y consigue su decimoquinto triunfo consecutivo

El Madrid vence a medio gas - Foto: RUBEN SPRICH

Un solitario gol de Cristiano Ronaldo permitió al Real Madrid vencer ayer al Basilea (0-1), conseguir su decimoquinta victoria consecutiva, récord en la Historia blanca, y amarrar el primer puesto del grupo B de la Liga de Campeones a falta de una jornada para el final de la fase de grupos.

El principal aliciente, en el colectivo, pasaba por el decimoquinto triunfo seguido de la escuadra ‘merengue’, y se logró. Ancelotti, el hombre de la décima, ya puede decir bien alto que igualó las míticas 15 victorias de Miguel Muñoz, en la temporada 1960-61, y de José Mourinho, en la 2011-12.

La cultura del esfuerzo se ha instalado para quedarse en este equipo. Ante la presión de los helvéticos, venidos a más en su feudo, los primeros minutos requirieron de la mejor versión visitante, al menos en el centro del campo, dónde volvió a mandar el sensacional Toni Kroos. Isco, a su vera, estuvo como de costumbre: solidario y fantasioso, la mezcla que tanto le había solicitado Ancelotti.

El paso de los minutos le dio consistencia y fundamento al Real Madrid, que creció gracias a la velocidad mortífera de Bale y Cristiano. Los locales, por su lado, no se quedaron atrás y a punto estuvieron de dar un susto a Keylor Navas, el elegido por Ancelotti para dar descanso a Íker Casillas.

Los blancos, líderes absolutos de su grupo, no marcaron hasta pasada la media hora, momento en el que Benzema ideó en la banda derecha la jugada que acabó en las botas de Cristiano. El luso, recordando el remate de Ipurúa del pasado sábado, batió a Vaclík en lo que se esperaba que fuese el comienzo de un festival para el futbolista de Madeira.

Navas, bajo palos. Derlis González avisó con un remate a los cinco minutos, pero Navas aguantó bien justo antes de alcanzar el tiempo de descanso. En la segunda mitad, más de lo mismo. Con algún problema defensivo que otro, y la amarilla de Ramos ya provocada, ahí pasó el bloque ‘merengue’ sus peores momentos, ahogado por la presión de su oponente en la salida del balón.

En el bando local, Gashi tuvo cerca la oportunidad de igualar el partido, un poco antes de que Zuffi pecase de egoísta y no pudiese marcar a Navas. El costarricense metió una mano cuando estaba vencido que le hizo recordar al cancerbero que deslumbró en el Levante la temporada pasada.

Y, como suele ser habitual, tras el perdón de los helvéticos, el Real Madrid pudo haberle pintado la cara. Primero Bale la estrelló al larguero y después fue Cristiano quién besó la madera.

Al final, Ancelotti dio entrada a Illarramendi, apenas 20 minutos sobre el campo, y dejó sin jugar a ‘Chicharito’. Quizá, el único debe del italiano en su visita a Suiza, donde escribió un nuevo capítulo en la Historia blanca. Uno más del técnico, uno más de los vigentes campeones del Viejo Continente.