Cerrar el restaurante en la cima del éxito, como hará en octubre Sant Pau (Barcelona) o previamente hizo elBulli (Gerona), para explorar nuevos caminos es una decisión que han tomado muchos cocineros, aun a costa de renunciar a las ansiadas estrellas Michelin.
La Guía Michelin España y Portugal 2019, que se presentará el 21 de noviembre en Lisboa, tendrá seguro cuatro estrellas menos, al margen de las que puedan quitar sus inspectores por cuestiones culinarias: las tres que se van con el cierre del Sant Pau de Sant Pol de Mar y una que pierde La Coruña con la marcha de Alborada.
Este último pertenece al Grupo Amicalia, con restaurantes en Madrid y Palma de Mallorca, y acaba de anunciar que el 14 de octubre el novedoso local de la capital gallega echa la persiana para «reinventarse, refrescar ideas» y emprender una nueva etapa tras 12 años de trayectoria.
A comienzos de julio comunicaba Carme Ruscalleda, la cocinera con más estrellas Michelin al sumar siete entre Barcelona y Tokio, el cierre el 27 de octubre de Sant Pau, 30 años después de ponerlo en marcha junto a su marido, Toni Balam. No quieren jubilarse, pero sí «reinventar sus compromisos profesionales».
El más sonado fue el de elBulli, allá por 2011, con tres macarons y cinco años reconocido como Mejor Restaurante del Mundo.
Albert Adrià creó después el grupo elBarri, que cuenta con seis exitosos restaurantes en Barcelona, y Ferran se volcó en elBulli Foundation para recopilar y ordenar el conocimiento culinario, y el año próximo abrirá en la meca gastronómica que fue Cala Montjoi un centro dedicado a la creación e innovación.