Con identidad propia

E. Marín
-

El 'XXXII Festival de Paloteo y Danza Villa de Ampudia' volvió a demostrar que música, palos, lazos y bailes son una buena combinación • Los cuatro grupos participantes destacaron por su repertorio e indumentaria

Con identidad propia - Foto: sara muniosguren

Hace 400 años de las primeras referencias a las danzas ampudianas como acompañamiento de la venerada imagen de Nuestra Señora de Alconada. Esa tradición sigue viva en nuestros días y, coincidiendo con la festividad de San Pantaleón (santo cuyas reliquias estuvieron en la localidad), se celebró ayer el XXXIIFestival de Paloteo y Danza Villa de Ampudia, patrocinado por el Ayuntamiento terracampino.

El evento, decano de los festivales folklóricos de la provincia y uno de los más antiguos de la región, contó con cuatro participantes: Grupo de Pauliteiras de Sendim (Portugal), Grupo de Danzas Gurrea de Gállego (Huesca), Agrupación Folklórica El Torrejón (Adrada de Haza, Burgos) y Grupo de Paloteo y Danza Villa de Ampudia.

Los grupos comenzaron el acto con un desfile desde el Ayuntamiento viejo hasta la Colegiata de San Miguel, donde se desarrolló el evento.

Hay variadas teorías sobre el origen de este tipo de danzas. Unos abogan por su carácter guerrero, otros lo relacionan con ritos agrarios y procesionales ancestrales  y algunos hacen referencia a palos o pequeños bastones como primeros instrumentos del hombre para realizar sus tareas de agricultura en las sociedades preagrarias. La que sí parece más clara es la creencia de considerar a la danza como elemento que favorece la germinación de las cosechas. De hecho, en muchos de los pasajes de estos bailes, los danzantes se inclinan hacia la tierra y clavan el palo en ella recordando la faena agrícola de la siembra por medio de un bastón.

en auge. Sea cual sea su orígen, lo que está claro es que el festival ampudiano pretende mantener vivo el folklore castellano, uno de los más variados de España, además de fomentar el de otros puntos muy diferentes del país y del exterior.

El otro grupo participante de la Comunidad, El Torrejón, mostró su variado repertorio con una coreografía que atrajo al público presente. La presencia del grupo portugués fue una novedad para los aficionados a este arte, ya que a su indumentaria (en la que destacaban sus sombreros de flores) se sumó la música de la gaita de fuelle, el bombo y el tambor.

El grupo oscense mostró piezas que simulan la lucha entre moros y cristianos, una tradición transmitida desde hace siglos.

Villa de Ampudia llevó al escenario el variado folklore de la localidad, compuesto por el paloteo o lazos, la danza y el trenzado (baile alrededor de un árbol del que caen cintas de colores que van trenzando los danzantes al ritmo de la música). Buen ambiente, buena música, trajes muy vistosos  y mucho arte.