La escritora palentina Paloma Ortezosa ha publicado Sosegadamente,  un libro en el que reúne unos 30 relatos cortos. En la introducción la autora, enfermera que desde muy temprano se dedicó a la docencia de los fundamentos de la Enfermería, confiesa que un día descubrió que se sentía especialmente bien escribiendo.  Paloma Ortezosa, cuyos paraísos perdidos y encontrados están en el Monte el Viejo, en el Sardinero y en un pueblo castellano sobre la loma, entre la Tierra de Campos y La Nava, explica que «escribir me ayuda a implicarme más en lo que cuento y desde que he empezado a hacerlo es como si tirara de una cuerda y prendida de ella van surgiendo historias que tengo que contar».

Pensar cosas y escribirlas, para uno mismo o para los demás, es algo que, en su opinión, puede producir una gran satisfacción. «Cuando se hace para uno mismo: te ayuda a resolver tus problemas. Entonces se lee lo escrito, se vuelve a leer y se rehace hasta quedar satisfecho después de haber meditado hasta encontrar la solución. Más que oír unas palabras, se pueden ver y así trabajar sobre ellas».

Hoy, Paloma Ortezosa escribe, pasea, pinta, cuida su hermosa jardín y sigue sorprendiendo  y rebelando, sosegadamente, ante la incoherencia, la indignidad y la injusticia.

«Siempre me han parecido envidiables -subraya- aquellas personas que tienen facilidad para cantar, para expresar  de esta forma sus emociones y sentimientos, llegando a conmover a los demás. Espero que llegue ese día en el que mis relatos transmitan con fuerza esa emoción».

Remordimientos, Mujer solitaria, Recuerdo de Salamanca, Cien año de la señora Soledad, Una cenicienta en la estación, Un día que me fui a Guardamar y Segunda planta de cirugía son algunos de los relatos de Sosegadamente.