Ceramistas Palentinos, CEPA, organiza la XXVII Muestra de Cerámica, que desde ayer puede visitarse en la Calle Mayor enmarcada dentro de la Feria Chica. Son 35 los participantes. Los cinco invitados llegan de Portugal, Jerez de la Frontera (Cádiz), Agost (Alicante), Brion (A Coruña) y Luanco (Asturias). La treintena restante procede de Castilla y León (1 de Ávila, 1 de Burgos, 6 de León, 5 de Palencia, 2 de Salamanca, 2 de Segovia, 1 de Soria, 7 de Valladolid y 5 de Zamora).
El presidente de CEPA, Pablo Buisán, señala que, como la Feria es la primera del circuito y el cielo luce azul, «tenemos que sonreír. Las ilusiones y las perspectivas, todas». Pero, «cuando hablas con compañeros, el tema está muy duro. El año pasado fue un despropósito, en todos los días llovió, hizo viento, tuvimos todos los ingredientes para que saliera mal y, efectivamente, salió mal. Aquí en Palencia la gente no está acostumbrada a mucho agua, fue un desastre. Confiemos en que este año sea más agradecida». Buisán explica que lo más novedoso puede ser lo que viene de fuera porque lo de Castilla y León se ve más habitualmente. «Los expositores -subraya- todos los años hacen sus investigaciones, siempre con nuevas piezas, son unos stands my dignos. Son pequeñas galerías para disfrutar de ellas. Esperemos que la gente se anime». El presidente de CEPA cree que la cerámica siempre ha estado infravalorada, «cosa contra la que hemos luchado toda la vida. Está recuperándose y soy de los que opina que lo hace a marchas muy agigantadas. Confío en ello».
El Taller Légamo, de Luanco (Asturias), es la primera vez que participa en la Feria palentina. Trae gres trabajado con óxidos, modelado y de placa. «Son piezas de autor», explica Isabel Sánchez. «Trabajamos el triple para ganar lo mismo que hace años. En Asturias se vende menos que en Castilla y León. Aquí hay tradición», comenta esta ceramista con una trayectoria de 25 años. «Empiezas con un barro de baja temperatura hasta que encuentras tu estilo y tiras con un material y una fórmula que te gusta». Roque Martínez, de Agost (Alicante), es la primera vez que viene a la Feria y a la ciudad. «Ha sido un valor añadido hacer un poco de turismo, lo que se pueda», manifiesta. La obra es un gres bruñido y la decoración es humo ya que son cocciones en una hoguera. «El humo y el fuego tienen la última palabra en el acabado de la pieza, son piezas únicas, es irrepetible, intentar conseguir el mismo acabado es imposible. Aunque la pieza sea igual, la decoración es absolutamente distinta», afirma. En referencia a la lucha de los ceramistas, sobre todo en la más decorativa, en torno a que la cerámica siempre tiene que tener un uso, «siempre lo tiene, aunque sea decorativo». «Mucha gente me pregunta para qué sirve una pieza y digo que exactamente para lo mismo que sirve un cuadro, para tenerlo en casa y disfrutarlo. No tiene que ser para contener agua o poner flores, simplemente es una pieza única y que la gente la disfrute».
Ayer se conoció el fallo del Jurado, que eligió como mejor pieza la presentada por Krea Cerámica, que también se lleva el premio del stand.
La Feria de Cerámica abre de 11,30 a 14,30 y de 17 a 22 horas.