Pilar Salamanca, escritora, traductora y periodista vallisoletana, dedicó ayer su séptima novela, Soñar con Ballenas, a todos los lectores que se acercaron a la Feria del Libro del Parque del Salón.

¿Qué se encontará el lector en su último libro?

Una historia no muy alegre pero a la vez hermosa. La vida frustrada de una mujer sucederá  al final de la Segunda República Española en el pueblo de Portus, nombre clásico de la localidad cántabra de Santoña. La frustración se encuentra en todos los ámbitos, en el amor, en la lucha, en el día a día, en el comienzo que nunca encuentra el final que desea.

¿En qué se inspiró para escribir?

La novela es una especie de homenaje a una persona que conocí mientras veraneaba en este pueblecito. Desde siempre supe que tenía que contar su apasionante historia y, por fin, lo he hecho. Me he inspirado en ella, en su vida y en su pueblo.

¿Qué cree que le llamará más la atención al lector?

Eso nunca lo sabes, pero me gustaría que la gente apreciase cómo está escrita. Es una novela muy personal y, aunque a veces el público no valora ciertos aspectos pues lee para entretenerse, creo que es única. Única pues si lo hubiese escrito otra persona no sería Soñar con Ballenas.

¿Cuántos ejemplares se han vendido?

No creo que importe el número. Lo que sí me importa es comentar que la editorial Menoscuarto tiene un fondo de publicaciones excelentes. Las ediciones son bellísimas y están muy cuidadas

¿Qué planes tiene para el futuro?

Creo que debía haber nacido sioux, una tribu extinguida, en la que no se hablaba ni de los sueños ni del futuro. Planes tengo muchímos pero prefiero no hablar de ellos.