El objetivo principal de la normativa de decidirse el triunfo por el número de cuartos ganados (como los sets en el tenis) y no por goles marcados es que no se produzcan goleadas escandalosas. Todo lo más, un partido puede acabar 4-0.

Sin embargo, hay otro beneficio colateral y es que los partidos se cargan de emoción y no quedan decididos a las primeras de cambio. El más vivo ejemplo se vivió en este encuentro. San Telmo sentenciaba el primer cuarto con un concluyente 4-0. El choque ya habría estado decidido de no aplicarse esta nueva normativa, que incluso señala que la diferencia en el marcador de cada cuarto no puede exceder de dos goles. De esta manera, un partido que con el sistema tradicional acababa con un marcador de ocho goles a cuarto, a efectos reales finalizaba con empate a dos cuartos. Tuvo que decidirse la igualdad por goles marcados y los santelmistas, descontando aquellos que excedieron de más de dos goles por cuarto, acabaron ganando por 5-4. Es decir, el San Antonio C estuvo a un único gol de forzar la prórroga.

Rojillos y azulones disputaron un gran partido, tremendamente ofensivo y vistoso. Acción, reacción. Tras ese mencionado 4-0, San Antonio respondía con un claro 1-3. San Telmo volvía a ganar un cuarto de forma contundente por 3-0 (2-0 realmente) y en los doce últimos minutos San Antonio se lanzaba a por la prórroga sin éxito. Alonso, un benjamín que tiene la portería rival entre ceja y ceja, fue el más destacado del choque.

La nueva normativa puede generar, por desconocida, cierta confusión, pero es evidente que está aportando más igualdad y emoción.