Estaba siendo la luz que se veía al fondo del túnel en el inicio de la pasada temporada, el que sostenía al Palencia Cristo Atlético en esos delicados momentos en los que  había sumado únicamente un punto en cinco jornadas, el logrado en el tiempo de descuento en Tordesillas. El equipo morado se levantó y en esa resurrección participó Miguel Blanco, aunque no lo pudiese hacer en el play-off de ascenso que por segunda vez alcanzó la entidad morada.

Y es que el jugador palentino abandonó Palencia el pasado mes de noviembre. Su último partido lo jugó el cinco de ese mes enLa Balastera ante elUxama (4-0). Ese día recibió un cálido y sencillo homenaje y es que, pese a llevar poco más de un año en la entidad capitalina, dejó huella tanto como jugador, como en el aspecto humano.  Blanco encontró un trabajo lejos de nuestra provincia, en Inglaterra, como profesor. Allí ha estado ejerciendo todo este tiempo. No pudo compaginar su ocupación laboral con la práctica del fútbol. Ahora le ha llegado otra oferta de trabajo como maestro en la capital palentina y no dudó en aceptarla.

Regreso a casa y regreso al Palencia Cristo Atlético, que le ha recibido con los brazos abiertos, formalizando su ficha federativa esta semana