Ni siquiera ha amanecido cuando en la estación palentina comienza a haber actividad. El 04078 no es el primer tren de la jornada, es el tercero, pero sí el primero que llega por las vías de Alta Velocidad. «Ave, procedente de: León. Con destino: Madrid Chamartín: Se encuentra estacionado en vía 5», dice la megafonía mientras sobre el andén también se estrena el nuevo panel infomativo. Principales paradas: Valladolid. Campo Grande.

Para cuando el AVE, de la serie  112, estaciona en Palencia a las 7,41 horas medio centenar de personas aguarda su llegada. Algunos inmortalizan con sus móviles el momento. Antes, han tenido que enfrentarse a un nuevo protocolo para acceder al tren de Alta Velocidad: La recepción de viajeros y el control de acceso. 

Tras un stand dentro del vestíbulo en el que aparece un cartelito con el número del tren, el destino y la hora, Erika y Sara solicitan a los viajeros que les muestren el billete, cuyo código escanean. «Acabamos de empezar y es un poco lioso para la gente», afirma Erika  mientras su compañera se va hacia un viajero que se dirigía a los andenes convencionales. «Tenemos que traerlos aquí. Antes, la gente salía a los andenes, volvía a entrar, iba de un lado para otro... ahora no. Tampoco pueden llegar justo a la hora del tren porque cerramos el control dos minutos antes. Cuando pasan este control ya no pueden salir», explica Erika ante la mirada de un guarda de seguridad que evita que se cuele alguien. 

Tras la puerta, en el andén, espera el control de equipajes. No es nuevo en Palencia, de hecho funcionaba desde 2008, pero con las obras de la estación se retiró. «No me parece mal. En Madrid es normal para casi cualquier tren», afirma Eduardo tras quitarse los cascos.  Él se monta en este primer AVE por trabajo. «Bueno, porque busco trabajo y tengo una entrevista. No cojo mucho el tren, pero espero poder hacerlo si me contratan», asegura. 

El empleo es la principal causa por la que los 50 palentinos que ayer se subieron al primer AVE lo hicieron. Reuniones, entrevistas de trabajo... pero también consultas de médicos... No falta algún esforzado que ha madrugado para estrenar el primer AVE palentino, pero porque tenía que ir a Madrid de todas formas. «Mira, así aprovecho y lo estreno», manifiesta Ramón.

Entre algún bostezo de quienes esperan, el AVE llega puntual de León. Acaba de pasar el que según su maquinista, Juan Manuel Villanueva, es el punto más sensible de la línea: «La entrada a Palencia, con el puente metálico (sobre el Carrión) y Los Tres Pasos», afirmó.

Apenas se apea una decena de personas en Palencia de las 193 que se subieron en la capital leonesa. Con puntualidad, sin ningún acto protocolario, como si lo llevara haciendo toda la vida, el AVE se pone en marcha en cuanto le da vía libre el semáforo instalado a la altura de la Subdelegación de Defensa mientras los palentinos se acaban de instalar. «Es una ventaja la llegada del AVE. Es un hito para la ciudad de Palencia», afirma Raúl. Para Lucio, que hace unos minutos conversaba con María Jesús y Lorenzo en el andén palentino, los 20 minutos que ahora se ahorran con el AVE son «20 minutos importantes». «Y más a la vuelta, puntualiza Lorenzo, que bromea. «Esto no nos lo deberías preguntar al volver. A ver si pinchamos».

En los vagones reina el silencio. Unos duermen. Otros escuchan música, y un buen número de los que ya van en el primer AVE León-Palencia-Valladolid-Madrid van manejando sus ordenadores o sus tablets, o leyendo documentos en papel. (Los menos). Trabajo. «Al menos, todas las semanas tengo que viajar a Madrid. Los billetes los cogemos por agencia, cuando le pedí el de las 7 y 25 me dijeron: te voy a dar una buena noticia. No vas a madrugar tanto y vas a llegar incluso antes», afirma  Soraya mientras manipula el ratón de su ordenador. Sin contratiempos, el tren va acelerando y a la altura de Renault ya va a 120 tras el tránsito por la ciudad y una curva cerrada, a no a más de 80. Los cristales tintados impiden ver que se pasa por el que fuera el gran nudo ferroviario del noroeste, Venta de Baños y el tren llega a Valladolid a las 8,07, donde se bajan Eloy y Carmen. «Es algo fenomenal. Pero ahora hay que moverse, aprovecharlo. Es una pena que La Olmeda o la Montaña Palentina estén tan lejos. Hay que hacer algo para traer gente». El suyo no es un viaje de placer ni de trabajo, pero tampoco ocio. Cogimos este porque nos venía bien la hora».

En Valladolid se montan más de 70 personas por lo que el primer tren enfila hacia Madrid con más del 80% de ocupacion.

No sólo son leoneses, palentinos o vallisoletanos. También hay burgaleses que eligieron este primer tren y cogerlo en Palencia. «Se gana tiempo y tenemos que ir a Valencia. Y qué mejor sitio para ir a Palencia que cogerlo en Palencia», se preguntan con guasa Enrique y Alfonso. «Es mucho más cómodo que ir a Valladolid», se responden.

El sol comienza a despuntar desde la izquierda del tren entre los pinares, y se eleva cuando el AVE pasa rozando Segovia sin tocarla; cruza los 23 kilometros de túneles de Guadarrama y se interna en la Comunidad de Madrid. Cuando apenas han pasado una hora y unos pocos minutos desde que salió de Palencia, ya se vislumbran las torres de la Ciudad Deportiva. 

Ya en Chamartín, a las 9,06 (un minuto menos de la hora y 23 previstos), los más de 300 viajeros se apean en tropel. Entre ellos, Toño y Enrique, quienes resaltan que sí hay diferencia entre el AVE y el Alvia. «Más cómodo, más rápido. El AVE supone más tiempo para dormir, pero también más tiempo para hacer negocios». Precisamente a esto último van a Madrid. Además, el AVE es parte de ellos, porque su empresa palentina, ICON Multimedia, se encarga del software de las pantallas de información a viajeros de Adif (Deneva). Un ejemplo de lo que, gracias al AVE que acaban de estrenar entre Palencia y Madrid, puede (y debe) suponer para la propia Palencia.

 

LOS HORARIOS DE LOS TRENES DE ALTA VELOCIDAD