La luz y el color envuelven a Papá Noel, que en el cuarto año en el que recorre la ciudad con la Cabalgaza en la cuenta atrás hacia la noche mágica, volvió a sacar a las calles a cientos de personas que no quisieron perderse en una tarde-noche no excesivamente fría todo un espectáculo, presentado como un cuento en tres actos.
Gracias a la colaboración del Ayuntamiento y Leche Gaza (Ganaderos de Zamora) los más pequeños, aunque no exclusivamente porque la ilusión no tiene edad, disfrutaron de la magia que rodea a Santa Claus. Fueron unas dos horas de desfile, y como reza un eslogan publicitario, no tiene precio ver las caras y escuchar lo que les pasaba por la cabeza a los más pequeños, con menos prisa para regresar a casa, pasar por el baño, cenar, ponerse el pijama y dormir que los mayores en su papel.
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