Los Archivos Históricos Provinciales de Castilla y León documentan más de doscientos cincuenta años de Catastro en la Comunidad, siendo los depositarios de las transformaciones experimentadas por éste hasta la actual y completa descripción de la propiedad inmobiliaria. A la importancia que se le debe otorgar para el estudio de la evolución de la propiedad hay que unir el valor legal y probatorio que estos documentos confieren sobre el derecho de la propiedad de la tierra en Castilla y León.

La exposición La huella de la propiedad en Castilla y León. Catastros y catastrones, puede visitarse desde ayer hasta el 30 de diciembre en el  Archivo Histórico Provincial de Palencia, con el siguiente horario: mañanas, de lunes a viernes de 9 a 14,30 horas; tardes, lunes y martes de 16,45 a 18,45 horas.

Esta exposición pone de relieve la importancia de la documentación catastral que se conserva en los archivos históricos de nuestra Comunidad como fuente documental de primer orden para el estudio de la propiedad de la tierra y su evolución. Al tiempo, a través de casi medio centenar de imágenes, se ofrece una visión general de cómo se han ido perfeccionando los trabajos topográficos, desde los croquis a mano alzada hasta sistemas más avanzados como el vuelo americano o las fotografías aéreas, que nos han permitido contar con una planimetría parcelaria fidedigna.

La dinastía borbónica promovió la elaboración de los primeros catastros e inventarios generales en los que se describían las características físicas, jurídicas y económicas de todos los predios. Entre ellos destacó el conocido como Catastro del Marqués de la Ensenada, que sentó las bases sobre las que hoy se  edifica la fiscalidad, equidad y consenso social, y que en aquellos años fueron la causa  de su fracaso en una España incapaz de asumirlos.

La Ley del Catastro Parcelario de 1906 marcará en gran medida lo que serían las pautas del aspecto topográfico del Castastro durante el siglo XX en España y que , en el ámbito rústico, estuvo a cargo del Instituto Geográfico hasta 1985.

Concluida la década de los 50, estaba prácticamente catastrada la práctica totalidad del país, aunque con tres calidades diferentes: avance catastrales con croquis: 8,3 millones de hectáreas y 1.240 municipios; catastro topográfico parcelario: 17 millones de hectáreas y 3.000 municipios; catastro fotográfico: 23,5 millones de hectáreas y 9.600 municipios.