El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, recibió ayer los aplausos de la bancada popular en el Congreso; él se volvió y contestó con un «gracias, gracias, hay días en los que uno los necesita». La escena se produjo al término de su intervención sobre la Ley del aborto en la sesión de control al Gobierno, y deja traslucir muy a las claras cuál es su estado de ánimo; está agobiado y se siente solo, indefenso ante la posible retirada de la norma de interrupción voluntaria del embarazo que él mismo ha convertido en bandera de su acción política.
Lo cierto es que, a pesar de todas las informaciones que se han publicado estos ultimos días, que indican que el Gobierno ha decidido dar marcha atrás, que la Ley del aborto no verá la luz y que el ministro se plantea incluso dimitir, Ruiz-Gallardón volvió a defender la iniciativa ante las acusasiones del PSOE.
Así, la diputada socialista Carmen Montón le preguntó si ha comprendido ya que no debe legislar «recortando la libertad de las mujeres», exigiéndole la retirada de esta propuesta que trafica, a su juicio, «con la vida, con la dignidad y con la salud de las mujeres porque lo único que les importa es que les dé o les quite votos; eso es el valor de la vida de las mujeres para este Gobierno, un puñado de votos».
El exalcalde de Madrid fue contundente en su respuesta: «Si defender el derecho a la vida ustedes lo entienden como una incompatibilidad con la defensa de la libertad de las mujeres, están una vez más profundamente equivocados». Además, recordó que los informes preceptivos a los que ha sido sometida la ley -Consejo General del Poder Judicial, Consejo Fiscal y Comité de Bioética- fueron favorables.
No obstante, Gallardón no desveló qué ocurrirá finalmente con el texto, aunque dejó entrever que podría darse por satisfecho con el hecho de que se haya abierto un debate sobre el aborto. «Se ha producido en España durante todos estos meses un profundo debate, y solamente el hecho de que se haya producido ya es, a mi juicio, algo extraordinariamente positivo».
SU FUTURO. Además, el ministro se mostró poco preciso sobre su futuro y dejó una frase que da lugar a las especulaciones. «Es muy difícil saber dónde estaremos cada uno de nosotros, hoy, mañana, dentro de un año, pero yo le aseguro una cosa, no sé dónde nos vamos a encontrar, pero le digo que allí donde nos encontremos usted y yo, a mí me encontrará defendiendo las libertades de las mujeres y defendiendo el derecho a la vida de los concebidos», afirmó.
A la salida, los periodistas le esperaban micrófono en mano para preguntarle si esa frase podía interpretarse como una despedida. «Es para nota esa interpretación», contestó Gallardón. En esa misma línea se pronunció también el ministro de Economía, Luis de Guindos, que aseguró que no había escuchado nada que pudiera sonar a despedida».
También el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, echó un capote al titular de Justicia, al que la bancada popular había tratado de dar «un arrope y un empujón», dijo. «Cuando se produce una situación de dificultad y los ministros vienen aquí, creo que salen arropados por el grupo parlamentario», añadió.