«Mi preocupaciónes que se trate con respeto a todas las personas, sea cual sea su discapacidad»

Esther Marín
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Fidel Ramos Ibáñez • Ex director de la 'Fundación San Cebrián'. Profesor, doctorado en Filosofía e Historia, con un Máster en Gerontología y experto en Gestión Directiva, ha obtenido varios reconocimientos por su labor.

«Mi preocupación es que se trate con respeto a todas las personas, sea cual sea su discapacidad» - Foto: Óscar Navarro

Casi 34 años al frente de una organización que ha visto nacer, crecer y desarrollarse. ¿Qué balance hace de estas tres décadas en pro de las personas con discapacidad?

Pues, aunque suene un poco tópico, el balance es muy positivo. En lo que se refiere al tamaño, plazas, personas y datos económicos los números no engañan y, además, cualitativamente la organización ha ido desplegando servicios de mayor calidad, a la carta y potenciando la autonomía de las personas.

¿Cómo nace la Fundación San Cebrián en Palencia?

La idea es originaria de las asociaciones de personas discapacitadas de Castilla y León, por entonces llamadas Feclaps y ahora Feaps (Federación de entidades de familias de personas con discapacidad intelectual). Su objetivo era buscar una respuesta a ese interrogante que existe en las familias cuando tienen un hijo con discapacidad intelectual: «¿Qué pasará en el futuro?».

Ese proyecto retroalimentó a la Federación y la fue haciendo fuerte porque le dio un contenido para desarrollar un servicio. El lugar elegido para poner en marcha la Fundación estaba entre tres posibles opciones.

Dos pertenecían a la provincia de Valladolid (Medina del Campo y la capital) y el tercero era San Cebrián de Campos. Todos ellos eran sitios estratégicos para acceder desde las provincias de la Comunidad. Además eran todos espacios en desuso: casas religiosas que estaban sin ocupar. Al final se optó por San Cebrián, que para mí fue un incentivo más a la hora de implicarme en tan interesante proyecto.

¿En qué ha evolucionado el trabajo con estas personas desde los inicios?

Por el mero hecho de nacer con adultos, quizá la Fundación ha sido pionera en el abordaje del envejecimiento de las personas con retraso mental promoviendo encuentros, estudios y desplegando servicios que han servido de referencia a otras personas.

Además también se ha ido ampliando la labor a personas más jóvenes, desde la fase educativa al terminar la educación obligatoria hasta etapas maduras. En ese mundo de los adultos se han desplegado los dos servicios básicos que necesitan: un trabajo y tener donde vivir.

Uno de los aspectos en los que todavía no se ha entrado de lleno es en la atención temprana. Es una pequeña asignatura pendiente, aunque trabajamos en ello a través de la escuela infantil, en la que atenderíamos con gusto a cualquier persona con alguna necesidad de estimulación especial.

Eso está ahí, ya que lo que se invierta en los primeros momentos tiene un éxito exponencial respecto a una intervención posterior. Se ha hecho algo de apoyo escolar y respiro para los niños en verano y fines de semana.

¿Cuáles son los puntos fuertes de la Fundación San Cebrián?

Un despliegue de una cartera de servicios muy amplia: desde el sociosanitario y el envejecimiento, hasta una gran variedad de nichos de empleo y de líneas de colaboración con empresas.

Otro aspecto es el desarrollo en un medio rural, ya que la mayoría de nuestros servicios están en contextos rurales. A ello se un que pocas organizaciones tienen en su plantilla 300 personas con un empleo de calidad e igualdad. En términos económicos, la tasa de retorno que hace nuestra organización es superior a la que recibe.

Cuando alguien encarga una obra la paga. Si a mí me encomiendan que atienda una plaza tienen que pagar un servicio, porque la organización, cada día que levanta la persiana, sabe que le cuesta 25.000 euros.

La Fundación San Cebrián nunca ha excluido ni ha expulsado a nadie. Puede que con alguno hayamos fracasado porque no haya compartido nuestra filosofía, aunque hay que destacar que siempre hemos mantenido una línea de puertas abiertas. Nunca se han puesto candados ni nada similar porque creemos que vale la pena ser abiertos y que todo el mundo se acerque a nosotros. Creemos que vale la pena que las familias y la sociedad en general vean la realidad.

Mi mayor preocupación es que se trate con respeto a todas las personas, que tienen toda la dignidad del mundo sea cual sea su discapacidad. A veces eso ha llevado a enfrentamientos con algún profesional, ya que no siempre se entienden las actitudes de las personas, pero en esos casos lo que hay que hacer es intervenir, corregir y educar.

Tras su marcha se habla de un  nuevo modelo de gestión, un diseño de liderazgo compartido

Dentro de un equipo de trabajo puede haber varios líderes. En la organización el planteamiento ha sido, de forma democrática, analizar qué personas y competencias son prioritarias para la Fundación San Cebrián en este momento.

Dentro de la organización hay tres entidades jurídicas: la Fundación San Cebrián, Ataces y Valora2s. La intención es que haya una cabeza visible y otras para los procesos que son comunes a las tres entidades: gestión económica, planificación, etc. También hay una dirección técnica para lo que llamamos proyectos de vida para las personas.

Así, en total hay tres direcciones transversales y una cabeza para cada entidad, con una persona que hace de coordinador. Hay una innovación en el modelo, una diversificación, pero con una labor conjunta.

También se habla de apostar por un modelo estable de financiación, para lo que se va a apelar a la sociedad civil al entender que debe ser un pilar importante sobre el que apoyarse

Los movimientos sociales tienen que ser reivindicativos y no bajar la guardia. Hay una línea que a través de la Ley de Dependencia apuesta por un modelo de concertación.

Yo no tengo nada en contra de la gestión privada, pero defiendo el modelo de gestión social porque creo que los propios afectados lo ven de otra manera.

Desde 1999 se han congelado los precios en ese modelo y la vida es un poco más cara. Había otra ayuda que venía de las obras sociales, pero desde hace unos años eso prácticamente ha desaparecido. En una organización con un presupuesto elevado era importante esta colaboración. Además antes las Instituciones podían colaborar más, pero ahora se han cortado mucho.

La Fundación San Cebrián en estos años ha crecido en empleo y presupuesto. Tenemos actividades propias, colaboraciones de algunas empresas y entidades, además de otras que nos dan oportunidades y apoyos laborales. También acudimos al crowdfunding. Al conjunto de esas colaboraciones y a algún programa europeo, se suman los servicios a la carta como los que se van a ofrecer  en el nuevo Centro de Vida Independiente Fidel Ramos. Se busca ofrecer servicios a los grupos de interés de la organización.

¿En qué consiste este nuevo proyecto?

Es un centro que lo estamos haciendo sin ningún apoyo público. Tiene como tres ramas de actividad. Por una parte como centro de día a la carta, en el que cada persona acuda según sus necesidades.

Otra sección será la dedicada a policlínica: rehabilitación, fisioterapia, podología, psicología, apoyo, etc. Además también se atenderá todo lo relativo a cuestiones sociales y jurídicas. Estará abierto a toda la sociedad, pueden ser pacientes con esclerosis múltiple, con daño cerebral o un familiar que necesita ayuda.

La tercera parte es la que se ha denominado asistentes personales. Hoy día se está postulando mucho esta colaboración, es una figura emergente de futuro. Nosotros ya llevamos once años realizando ayuda a domicilio prestada por personas con discapacidad, algo que a veces descuadra a la gente. Esa gente puede ser una buena base para la figura del asistente personal.

¿Qué imagen tiene la sociedad en la actualidad de las personas con discapacidad?

Creo que, en términos generales y globales, se ha evolucionado mucho en lo que a respeto y aceptación se refiere. A veces lo que no se conoce no se puede amar. Pero queda mucho por hacer.

Siempre buscamos ser amigos entre iguales. A veces se rechaza a los que no son como nosotros. Pero quiero ser positivo y pensar que cada día se avanza más.

El director general del Imserso, César Antón, dijo hace unos días de usted que es «un ingeniero constructor del edificio de la protección social» no solo en Palencia y Castilla y León, sino también en España

Me parece muy interesante que lo diga una persona como César Antón, profesional donde los haya. En estos años de trabajo hemos intentado hacer todo de la mejor manera, ya que creemos en el proyecto. Yo he estado hablando de envejecimientos en Barcelona, Mallorca, Murcia o País Vasco en centros públicos. La organización se ha metido en plataformas y foros para mostrar toda la labor y la evolución del trabajo que desarrolla.

¿Seguirá vinculado a la Fundación a partir de ahora?

No está en mi agenda el desconectar del todo, ya que este tipo de organizaciones te permiten ser voluntario y estar implicado en todo momento. Aunque nada es mío, me siento un poco parte de todo ello.